En Wokii queremos conocer distintas perspectivas de la pandemia. Esta es la de una artista mexicana que comparte sus vivencias del Gran Confinamiento.
La capital de España alcanzó la anhelada “nueva normalidad” el 21 de junio, día del solsticio, día de eclipse y día del padre. Un día antes de que esto ocurriera, entrevistamos a la artista visual mexicana Mónica Ornelas quien, desde la fase 2 de salida del Gran Confinamiento, nos compartió sus impresiones sobre este momento histórico y el tránsito hacia una etapa en Madrid que la convirtió en una “saxofonista de clóset” y que Ornelas considera “distópica desde su nombramiento”.
La cuarentena, Madrid y una extraña manera de bordar
Wokii: ¿Cuál es el estado actual de Madrid? Vemos las noticias aquí, pero nunca como saberlo de primera mano… ¿cómo te parece que va todo?
Mónica Ornelas: Madrid está en fase dos ahora, es una suerte de “nueva normalidad” pero con algunas restricciones como el control del aforo en restaurantes y terrazas, los bares y las barras cerradas o la imposibilidad de viajar fuera de la provincia en la que habitas.
W: ¿Cuántos días estuviste aislada y dónde?
MO: Unos 72 días, en Malasaña. En el centro de Madrid. Únicamente salía a hacer las compras. Fue duro porque acá vives en espacios pequeños y estoy fuera de casa, sin mi Rigo (su perro chihuahua, que sigue en la Ciudad de México).
W: Durante ese tiempo qué era lo que más disfrutabas hacer y, al contrario, qué era lo que menos querías hacer o que incluso te desagradaba.
MO: Supongo que, como todos, pasé por diferentes etapas etapas. Yo vine a estudiar un Máster de fotografía y retomar las clases en línea me salvaron, fue difícil concentrarme, pero era mi brújula. Desde el inicio de la cuarentena y a la fecha, hago yoga y medito, lo sé… ¿quién no?, pero ¿por qué no? Comencé a trabajar con las manos, bordando fotografías con unos hilos terribles ¡y con la aguja de una jeringa! Disfrute también las videollamadas con amigxs y familiares. Lo que más me desagrada a la fecha son las noticias, la saturación en las redes sociales sobre la pandemia y la imperante necesidad-necedad de mostrarse productivos… Y, ya muy en rollo personal, estoy aprendiendo a tocar el saxofón y, en mis momentos más emotivos, me gritaron que cerrará la ¡¡¡ventanaaaaa!!! con ese tono español medio nada dulce… Ahora practico en el armario. Soy oficialmente una saxofonista de clóset.
Lo elemental en la vida, el miedo y el hilo rojo que nos conecta
W: ¿Qué sientes que aprendiste en el periodo máximo de aislamiento?
MO: A retomar la vida en su forma más elemental, porque solo así se comprende nuestra existencia.
W ¿Crees que la humanidad realmente vaya a cambiar después de esto?
MO: Creo que ya cambió en diferentes direcciones y es una cualidad del mismo: la dispersión, las distracciones, sobreinformación y demás. Una gran mayoría están temerosos, porque nuestra atención está en un virus y sus consecuencias geopolíticas y socioeconómicas, claro que es normal, nuevo normal. No es posible decir normal sin agregar el prefijo nuevo, cambio importante… Volviendo al miedo, se ha sembrado y parece que inaugura el año 2020. También, claro, tenemos una relación mucho más estrecha con la tecnología y si bien es uno de los rasgos primordiales del mundo globalizado, se vio acelerada. Ahora se asemeja un poco al hilo rojo que nos conecta. Por otro lado, me parece que también nos centramos en mejorar la calidad de vida.
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Sobre la surrealidad del Gran Confinamiento, las lecciones y las promesas hechas a uno mismo…
W: ¿Cuáles fueron los pensamientos o sueños más locos que llegaste a tener durante el periodo de aislamiento?
MO: He soñado mucho que al salir nadie usa cubrebocas y yo me alegro, me inquieto, me extraño mucho. Ok, no es tan loco ahora, pero hace un año hubiera sido ciencia ficción. Tuve otro sueño que no fue loco, pero sí mi favorito del confinamiento. Era un colibrí blanco que me visitó en mi segunda ola de sentirme blue —azúl pálido—. Se llevó esa sensación… Los sueños trabajan con la magia y la intuición, no me cabe duda.
W: ¿Has conocido a alguien que haya padecido COVID? Si es posible, ¿nos puedes contar qué impacto produjo eso en ti?
MO: No conocí a nadie infectado.
«No más aroma a flor, perfumes mareadores por las calles… no. Puro alcohol en gel y cloro».
—Mónica Ornelas
“No me siento tan “nueva normal”: visiones del Gran Confinamiento
W: ¿Cómo fue tu proceso de reactivación o de entrada a la “nueva normalidad”?
MO: Tengo sentimientos encontrados, por un lado claro volver a la vida (ya que no pasó tan ligera la maldita primavera) pero no me apetece salir con cubre bocas, sin lipstick rojo granate, no más aroma a flor, perfumes mareadores por las calles… no. Puro alcohol en gel y cloro. Ay, es que todo es tan confuso y aséptico, los abrazos tan escasos y los besos tan prohibidos ¡que yo estoy que me armo un ejército! Es decir, no me siento tan nueva-normal. Y sí, muchas veces extraño el aislamiento alejada de tanta rareza y soñando colibríes.
W: ¿Qué te decías a ti misma que sería lo primero que harías al terminar la cuarentena?
MO: Ir al parque, lo hago casi todos los días.
W: Haz un comentario libre sobre lo que consideres que fue relevante para ti en este periodo.
MO: He pensado mucho esto último porque quiero evitar clichés, aunque me encantan: Adopten un perro, aliméntese sanamente y hagan ejercicio. Y no abusen del alcohol (en gel).
