El Síndrome del impostor no es aquel que se hace pasar por otra persona, sino alguien que piensa que el éxito le queda grande, ¿te identificas?
¿A pesar de tus logros tienes la sensación de no estar nunca a la altura? Cuidado, podrías estar padeciendo el Síndrome del Impostor.
Se trata de un trastorno que, de acuerdo con expertos como la doctora Valerie Young, padecen 7 de cada 10 personas en el mundo.
“Millones de mujeres y hombres de distintos países, desde exitosos directivos de empresas, hasta brillantes estudiantes o actrices como Kate Winslet, están secretamente preocupados por no ser tan capaces como todos creen”, explica Young.
Este trastorno mental habitualmente surge en dos niveles: el primero se manifiesta cuando nos sentimos inseguros ante un nuevo reto (sea laboral o personal) y suele desaparecer. El segundo, no sólo no mejora, sino que empeora con el tiempo.
¿Por qué se origina el síndrome del impostor?
El origen del Síndrome del Impostor es variable, pero los psicólogos lo atribuyen a 4 razones principales:
1. Dinámicas familiares durante la infancia. Es decir, cuando los padres hacen comparaciones con los hermanos.
2. Estereotipos de género. Esto ocurre principalmente en mujeres debido a la presión ante ser madre y, al mismo tiempo, una profesional.
3. Diferencias salariales. El hecho de gozar de poco sueldo puede provocar este sentimiento de valer poco.
4. Percepción de éxito, fracaso y competencia. Lo que se traduce en ser personas muy exigentes consigo mismas. O suelen compararse con todo el mundo, sin hacer un filtro previo.
El miedo: nuestro peor enemigo
Es por estos factores que el Síndrome del impostor afecta principalmente la vida laboral de quien la padece, ya que para no sentirse menos, no corren riesgos ni se atreven a pedir un ascenso porque tienen miedo de no estar a la altura.
Si te sientes así, lo primero que debes hacer es dejar de compararte con otras personas y aceptar que el único que tiene que ver con sus logros eres tú. No dejes que te perturbe el Síndrome del impostor.
Pero si a pesar de esto, continúas con esa forma de pensar no estaría de más una visita con el especialista. O toma una terapia que sustituya tus pensamientos negativos por un estilo de vida más positivo. A esta vida vinimos a ¡ser felices!
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