¿Qué es la ozonoterapia y qué enfermedades puede tratar?

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¿Qué es la ozonoterapia y qué enfermedades puede tratar?

Seguramente has escuchado hablar de este tratamiento, pero ¿sabes cómo se aplica y qué puede curar la ozonoterapia? ¡Averígualo aquí!

La ozonoterapia es una práctica de medicina alternativa que utiliza gas ozono para combatir algunas enfermedades. En otros casos se puede emplear por razones estéticas. Pero, ¿qué hay detrás de este innovador tratamiento? Aquí te lo decimos.

La terapia de ozono ha sido utilizada por profesionales médicos y de la salud durante más de 150 años, con beneficios demostrados para una variedad de problemas que van desde enfermedades autoinmunes hasta virales.

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¿Cómo funciona el ozono en nuestro cuerpo?

Los investigadores han descubierto que el ozono actúa estimulando el sistema inmunológico de forma natural. La medicina convencional a menudo no mejora los síntomas de los pacientes o los empeora, requiriendo que tomen más medicamentos recetados para contrarrestar los efectos secundarios de los medicamentos originales. Para estas personas, puede que sea el momento de probar la alternativa natural de la ozonoterapia.

Dicho tratamiento se crea utilizando gas de oxígeno elemental inalterado con un gradiente de descarga eléctrica de vidrio de cuarzo. Se mezcla con la sangre y luego se administra mediante un tubo de silicona de grado médico (similar a una vía intravenosa). El ozono ayuda a oxigenar el cuerpo y mejora aún más la curación.

Maneras de aplicar el tratamiento

Se puede administrar de dos maneras diferentes: directamente en el punto de dolor o en la sangre con una jeringa. Puede administrarse también a través de los oídos, el recto, la vejiga, por vía intramuscular, autohemoterapia o por vía subcutánea.

¿Qué enfermedades puede tratar la ozonoterapia?

  1. Diabetes
  2. Úlceras infectadas de evolución tórpida o de difícil cicatrización.
  3. Quemaduras y abscesos.
  4. Enfermedad vascular periférica.
  5. Enfermedad cardiovascular.
  6. Enfermedades neuro-degegenerativas (demencia senil, Alzheimer, Parkinson).
  7. Inflamaciones articulares en ortopedia y reumatología.
  8. Vulvovaginitis y vaginitis de origen micótico o bacteriana.
  9. Coadyuvante en tratamientos oncológicos.
  10. Patologías de origen vírico, como hepatitis y herpes.

¿La has probado alguna vez?

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