Amistad y conectar con la naturaleza son algunas de las lecciones que nos deja el documental Mi maestro el pulpo, de lo mejor en Netflix.
La sorprendente amistad, o podríamos decir amor, entre un hombre y una pulpo hembra protagoniza uno de los documentales de naturaleza más exitosos de los últimos tiempos: Mi maestro el pulpo, una cinta llena de lecciones.
El documental Mi maestro el pulpo, dirigido por la sudafricana Pippa Ehrlich, es el favorito para obtener el Oscar en este domingo, luego de haber recibido el Bafta británico hace unas semanas.
Durante casi hora y media, vemos al realizador audiovisual y conservacionista Craig Foster en sus inmersiones en el océano Atlántico, frente a la costa oeste de Sudáfrica.
Allí, bucea en un vasto bosque de algas y se relaciona con una hembra de pulpo con la que, poco a poco, forja un vínculo único y conmovedor.
No es la primera vez que nos dicen que los pulpos son animales de una singular inteligencia. Investigadores que trabajan con estos invertebrados han comprobado, además, que tienen personalidades diferentes, juegan y recuerdan soluciones a problemas.
Por esto y más, este documental es uno de los más fascinantes que verás en Netflix. Y más allá de su magnífica historia, creemos que Mi maestro el pulpo nos deja lecciones muy valiosas.
Mi maestro el pulpo: un documental con valiosas lecciones de vida
A propósito de los próximos premios Óscar, reunimos algunas de las lecciones más rescatables de Mi maestro el pulpo. Y si no lo has visto, aún estás a tiempo de conocer esta extraordinaria historia de vida.
1. La inteligencia de los pulpos
Loss pulpos son unos de los seres más inteligentes del mundo animal ha sido ampliamente reportado. Pueden mimetizarse en color, textura y patrones.
Sus células pigmentadas y sus músculos especializados se sincronizan para poder copiar patrones y texturas, y su cuerpo se adapta y es capaz de introducirse en cavidades a las que difícilmente pueden llegar sus depredadores.
A lo largo del documental, vemos no solamente cómo el pulpo es capaz de resolver problemas de forma creativa, sino que parece reconocer a Foster, con quien va adquiriendo cada vez más confianza.
Hay estudios que han comprobado que los pulpos pueden reconocer a seres humanos a nivel individual y que incluso son capaces de abrir contenedores o botes en los que están atrapados. Así que, más allá de la ficción y la dramatización, las interacciones son reales.
2. Lo valioso y significativo lleva su tiempo
En un mundo donde todo sucede cada vez más rápido, incluso sobrepasando nuestra propia capacidad de adaptarnos al cambio, Mi maestro el pulpo es un recordatorio de que no podemos forzar las cosas: todo pasa cuando debe pasar.
En la cinta, vemos a Foster perseguir a su amiga pulpo durante meses, antes de que ella acepte que él no es una amenaza. Cuando ella abre tentativamente uno de sus brazos sobre su mano, agarrándolo con sus ventosas, es un recordatorio conmovedor de que gran parte de lo que importa se gana en silencio, nunca al instante.
Entonces, una de las lecciones de Mi maestro el pulpo es que debemos trabajar para conseguir aquello que queremos, con constancia pero sobre todo con paciencia.
3. Mi maestro el pulpo y sus lecciones sobre la amistad
Personalmente, siempre he estado en contra de humanizar a los animales. Es decir, otorgarles características de nuestra propia naturaleza, cuando en realidad los animales tienen tienen otra naturaleza, que no es ni mejor ni peor: sólo diferente.
Pero es inevitable preguntarse si la relación de Foster con la hembra pulpo es, efectivamente, una amistad. No sabemos si para los pulpos existe tal concepto, pero pareciera que este animal encuentra en Foster algo muy familiar, un amigo.
Lo que sí podemos ver es que Foster cambia por completo su concepto de amistad: abandona su vida (donde seguro tiene amigos humanos) para visitar a diario a esta hembra pulpo. Se preocupa por ella y la extraña.
Mi maestro el pulpo nos da lecciones como ésta: somos seres humanos, pero podemos encontrar la amistad en lugares insospechados, así sea en el fondo del mar.
4. La naturaleza como terapia
En Mi maestro el pulpo, Foster explica que cayó en una depresión que le hizo alejarse de su carrera y su familia, pasó más de un año sumergiéndose en esas aguas sin faltar un solo día.
Esta es una de las lecciones de Mi maestro el pulpo más importantes: el poder terapéutico de conectar con lo más esencial de la vida.
No necesitamos de lujos, ni de una vida perfecta: solo encontrar conexiones. Estamos rodeados de muchos motivos para encontrarle sentido al mundo, es solo que a veces se nos nubla la mente y las dejamos pasar de largo.
Seguro la historia de Foster en este documental te ayuda a encontrar respuestas si estás pasando por momentos difíciles.
5. ¿Qué significa ser humano?
Sí, la pregunta es demasiado existencialista, pero situaciones como las que vemos en Mi maestro el pulpo nos vuelven a poner la duda sobre la mesa Crecimos pensando que el ser humano es la máxima expresión de la naturaleza y que somos los únicos seres vivos que pueden pensar.
La ciencia cada vez encuentra más pruebas de que hay animales como los pulpos capaces de pensar, y el hecho de que no puedan hablar nuestro lenguaje no significa que no piensen.
Además (y aunque suene muy trillado), ¿no es el ser humano el que está acabando con el planeta? Entonces, ¿dónde queda esa máxima de que somos una especie superior?
Si un documental puede hacer que te plantees estas preguntas, significa que estamos ante un material valiosísimo y que es digno de verse.
También te recomendamos: ¿Cómo aprender a meditar con base en la nueva serie de Netflix?
Suscríbete aquí a nuestro newsletter semanal y recibe buenas noticias directamente en tu correo electrónico.