Para sobrevivir a la pandemia en el trabajo, las empresas necesitan tener líderes con inteligencia emocional, capaces de escuchar y motivar a su gente.
A todos nos ha pasado: durante la pandemia, en más de una ocasión hemos querido tirar la toalla, especialmente cuando se trata de trabajo. Por eso, no pocas empresas se enfrentan a un gran reto: ¿cómo aumentar el compromiso entre los empleados? La respuesta está en la inteligencia emocional de sus líderes en el trabajo.
Por compromiso no nos referimos a “ponerse la camiseta”, como muchos suponen. Compromiso es sentir que trabajamos en una empresa donde nos escuchan y atienden nuestras preocupaciones.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional en el trabajo?
Cuando un líder es emocionalmente inteligente, cambia la forma en la que se vincula con sus compañeros de trabajo, subordinados o no. También, se vuelve más consciente de los sentimientos de sus empleados y de su valor dentro de la estructura de la empresa.
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La pandemia nos ha hecho replantearnos muchas cosas, incluido qué valor le damos al trabajo en nuestras vidas. Los líderes, hoy, tienen dos opciones: ignorar esta enorme oportunidad de resignificar el trabajo o dejarla pasar por alto como si nada hubiera cambiado desde la vieja normalidad.
El tema es complejo, pero la consultora Deloitte nos ha resumido muy bien tres consejos para que los líderes y las empresas puedan mantener y aumentar el compromiso de los trabajadores en tiempos de pandemia.
1. Desayuna, come y cena comunicación
El micromanagement siempre se ha visto como una práctica poco recomendable. Sin embargo, durante el trabajo remoto, muchos líderes comenzaron a tener sesiones más recurrentes y cercanas con sus equipos.
Esto, además de permitir un mejor monitoreo de las tareas y avances en proyectos, da la sensación a los trabajadores de un mayor acompañamiento de parte de sus líderes.
Esto también es parte de la inteligencia emocional: una mayor comunicación entre los directivos y los empleados permite expresar cualquier problema o inquietud, lo que da tiempo para resolverlos o prevenir que el problema se convierta en una bola de nieve más grande.
2. Trabajar desde casa no es trabajar en la oficina
Trabajar desde casa implica aceptar que muchos factores sorpresa entran en juego. Y sí, eso incluye al perro que ladra, el señor de los tamales que pasa a media junta y los niños interrumpiendo esa llamada con tu jefe.
Los líderes tienen que comprender que el ambiente de trabajo, hoy, no es el mismo para nadie. Asimilar esto genera un cambio significativo en la manera en que percibimos el trabajo hoy por hoy.
Así que, antes de molestarte porque tus colaboradores tardan unos minutos en contestar tus mensaje, comprende que todos estamos pasando por un doble trabajo: el de cumplir con nuestra jornada laboral y el de sostener nuestros hogares y familias al mismo tiempo. El trabajo debe adaptarse a la vida de los empleados y no al revés.
3. La confianza se gana. ¡Gánatelos!
No sólo la comunicación es importante: también debemos revisar la calidad de nuestras conversaciones. En tiempos de trabajo remoto, Deloitte ha analizado casos de empresas en las que tener información transparente y directa ha dado muy buenos resultados.
Debes ganarte la confianza de tu gente. La inteligencia emocional de un líder le permitirá establecer redes de confianza y honestidad, lo que, en consecuencia, ayudará a los empleados a tomar mejores decisiones, no sólo sobre sus tareas y proyectos sino en sus vidas personales.
Mientras la pandemia continúe, los líderes seguirán teniendo un rol clave para mantener los ánimos arriba de sus equipos de trabajo. Finalmente, de eso se trata el trabajo: de sentir que estamos en nuestra segunda casa. ¿O no?
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