El Síndrome del Grinch, se le conoce también como síndrome navideño o del villancico y es ese el que podría ponerte de malas a penas llega diciembre.
Ok, no te gusta la Navidad pero, ¿alguna vez te has preguntado si padeces del Síndrome del Grinch?
Hasta parece chiste, pero es real. Existen personas que apenas ven una luz navideña prendida y se ponen mal, el humor les cambia y todo es pesimismo. ¿Hay que juzgarlos? No. Hay que entenderlos.
Varios especialistas han nombrado esta condición como Síndrome del Grinch y, aunque sus causas no son claras, todos coinciden en que es un fenómeno somático emocional. Es decir, un cambio de emociones un tanto inexplicables.
Aunque varios casos han presentado no solo desánimo, también dolores, gastritis y algunas infecciones o alteraciones del sueño.
¿Qué ocasiona el Síndrome del Grinch?
Aunque las razones pueden ser diversas y un tanto variantes, existen algunas que pueden ocasionarlo, entre las más comunes se encuentran:
- La muerte de un ser querido: por lo regular la nostalgia y los duelos no resueltos tienden a “amargar” épocas del año que se caracterizan por ser felices. Y cuando eso no sucede podemos experimentar algo parecido al rencor.
- Los recuerdos no gratos o malas situaciones sucedidas durante estos días se vuelven casi inolvidables. Por ejemplo, una separación, la pérdida del trabajo o problemas en la salud.
- El tema económico ¡puede ser algo preocupante! Pues una sobrecarga económica aumenta muchísimo el nivel de estrés y frustraciones.
- Los estereotipos o expectativas durante la época son una gran carga; pues todo el ambiente es de celebrar en familia, compartir y regalar, lo que genera la sensación de que para la gente solitaria no hay cabida.
Todas estas situaciones, de manera inconsciente o consciente, pueden provocar tremendos bajones de ánimo.
¿Cómo minimizar este efecto?
Como en todo, siempre hay manera de darle la vuelta aunque sea por un momento. Pero el paso primero es, como en muchos otros problemas, aceptar que existe uno. Sobre todo, si se está consciente de las causas o situación en particular que lo genera.
Algunas recomendaciones son:
– No hagas balances. A muchas personas les genera ansiedad y estrés ver hacia el pasado y hacer retrospectiva, lo mejor es mantenerse en el ahora y agradecer el lugar dónde se está y lo que se tiene.
– Mantén tu mente ocupada y realiza actividades que te den placer, salir de vacaciones, realizar ejercicio, etc.
– No te aísles, muchas veces eso empeora la situación. Acércate a esos amigos que no te generan presión o visita a tu familia, fuera de las fiestas que te hacen sentir compromiso.
– No luches contra la corriente. Es inevitable salirte de este ambiente, pues el mundo entero está en la misma celebración. Así que no intentes hacer que otras personas la vivan diferente, mantente consciente que es un tema personal que otros no deben padecer.
– No te sientas mal por no disfrutar de las fiestas como todos o como el resto esperaría, quítate esa culpa y mejor enfócate en saber si podrías cambiar tu situación.
¡La buena noticia es que no en todos los casos es permanente! En la década de los 80 este trastorno fue definido por la Asociación Americana de Psiquiatría como Trastorno Afectivo Emocional y se diagnostica en 2 de cada 100 personas.
Así que es muy probable que tu molestia navideña sea sólo un mal cierre de año y el próximo todo esté mejor. Eso sí, si sientes que tu caso se sale de tu control, siempre es mucho mejor buscar ayuda profesional.
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