Si te encanta el pan, te contamos cuál es el más saludable (y cómo elegirlo sin culpa)

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Si te encanta el pan, te contamos cuál es el más saludable (y cómo elegirlo sin culpa)

No tienes que dejar el pan para comer sano. Te explicamos cuál es el tipo más saludable, qué ingredientes buscar y cómo disfrutarlo con equilibrio, según nutricionistas y la OMS.

¿Eres de los que no puede empezar el día sin una rebanada de pan? Buenas noticias: no tienes que dejarlo para cuidar tu salud.
El pan, cuando se elige bien, puede ser una gran fuente de energía, fibra y nutrientes. El problema no es el pan en sí, sino qué tipo de pan estás comiendo y cuánta azúcar o harinas refinadas contiene.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los cereales integrales —como los que se usan para hacer pan integral real— reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad. La clave está en optar por panes con ingredientes naturales y sin aditivos innecesarios.

Entonces… ¿cuál es el pan más saludable?

El mejor pan es aquel hecho con granos enteros. Esto significa que el grano conserva sus tres partes: salvado, germen y endospermo, que aportan fibra, vitaminas del complejo B y minerales.

Algunos de los más recomendados por nutriólogos son:

  • Pan de centeno: Contiene más fibra y menos gluten que el de trigo. Ideal para quienes buscan saciedad prolongada y un sabor más intenso.
  • Pan de masa madre: Fermentado naturalmente, lo que mejora la digestión y la absorción de nutrientes. Además, tiene menos conservadores y un índice glucémico más bajo.
  • Pan multigrano o de semillas: Aporta grasas saludables, proteínas vegetales y textura. Solo asegúrate de que las semillas estén dentro de la masa, no solo decorando la corteza.

Qué panes conviene evitar

No todos los panes “integrales” lo son realmente. Si el primer ingrediente es “harina refinada” o “harina de trigo enriquecida”, probablemente estás comprando una versión disfrazada de saludable.
Evita los panes con azúcar añadida, jarabe de maíz o conservadores artificiales. También los “light” o “sin gluten” si no los necesitas médicamente: suelen compensar el sabor con más grasa o aditivos.

Cómo disfrutar el pan sin culpa

Comer pan con conciencia es posible si equilibras las porciones. Lo ideal, según la Asociación Americana del Corazón, es una o dos rebanadas al día dentro de una dieta equilibrada, acompañadas de proteínas y grasas buenas.

Por ejemplo:

  • En el desayuno, pan integral con aguacate o huevo.
  • A media tarde, una rebanada de pan de masa madre con queso fresco o hummus.
  • En la cena, evita combinarlo con pasta o arroz; mejor acompáñalo con vegetales o ensaladas.

El secreto no está en eliminar el pan, sino en elegir versiones de calidad y moderar las porciones.

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