Aunque ya llevamos más de dos años enfrentando la pandemia de coronavirus, aún se siguen descubriendo síntomas y secuelas.
A pesar de que el coronavirus ya no es una enfermedad nueva, médicos e investigadores siguen reportando nuevos síntomas y secuelas que se derivan del Covid-19.
Al inicio de la pandemia, se reportó que el principal síntoma de coronavirus era la ausencia de gusto y olfato, además de un incremento de la temperatura.
Ahora, por la variante de Ómicron y gran parte de la población vacunada contra el virus, los síntomas de coronavirus cambiaron a flujo nasal, estornudos y fiebre.
Pero los síntomas no son los únicos que han cambiado o evolucionado; sino también las secuelas, como es el caso de la costocondritis.
También te puede interesar: Científicos descubren un enjuague bucal que desactiva el Covid-19
¿Qué es la costocondritis?
De acuerdo con Mayo Clinic, la costocondritis es la inflamación del cartílago que une a las costillas con el esternón.
Esta inflamación causa un terrible dolor en el pecho que podría confundirse con un ataque cardiaco u otra enfermedad. Razón por la que al presentarse este síntoma se debe acudir al médico de inmediato para descartar problemas en el corazón.
La costocondritis suele manifestarse como una terrible punzada y presión en el lado izquierdo del pecho, que empeora cuando una persona respira profundamente o tose.
¿Qué causa la costocondritis?
Las principales razones por las que se presenta la costocondritis son lesiones o golpes en el pecho, tensión física, artritis y tumores; pero ahora se podría sumar una nueva razón: Covid-19.
La relación entre la costocondritis y el coronavirus
Se ha detectado que los niños que han sufrido coronavirus desarrollan diversas secuelas en su cuerpo, entre ellas la costocondritis.
Según reportes, los niños que se han enfrentado al coronavirus pueden presentar inflamación del cartílago y un terrible dolor en el pecho al finalizar la enfermedad.
Pero, afortunadamente, la costocondritis se dejaría de presentar de unos tres a seis meses después.
Además de la costocondritis, otras de las secuelas que se reportaron en niños son fatiga, inflamación en diversas partes del cuerpo y tos.
Estas secuelas también se irían después de unos meses superada la enfermedad. Ufff, al menos no todo está perdido…
Suscríbete aquí a nuestro newsletter semanal y recibe buenas noticias directamente en tu correo electrónico.
También te puede interesar: Anemia espacial: la rara enfermedad a la que se enfrentan los astronautas