Desde hace 10 años, los médicos ya aplican la nanotecnología en tratamientos contra el cáncer, sin embargo un nuevo descubrimiento podría ser más útil contra la enfermedad.
Hoy en día, los médicos a menudo solicitan pruebas de imagen como radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas para ayudar a diagnosticar el cáncer. Pero estas pruebas solo pueden encontrar la enfermedad una vez que es lo suficientemente grande como para verla.
Para entonces, es posible que el cáncer se haya propagado a otras partes del cuerpo. Estas exploraciones tampoco pueden mostrar si un tumor es cáncer o no. Por lo general, se necesita una biopsia para estar seguros.
Debido a su pequeño tamaño, la nanotecnología puede detectar cambios en un número muy pequeño de células. Puede diferenciar entre células normales y cancerosas. Y puede llegar al cáncer en sus etapas más tempranas, cuando las células apenas han comenzado a dividirse y el cáncer es más fácil de curar.
La nanotecnología también puede ayudar a los médicos a localizar el cáncer en muestras de sangre o tejido. Puede detectar fragmentos de células cancerosas o ADN, que son demasiado pequeños para que los detecten las pruebas actuales.
El pequeño tamaño de las nanopartículas les permite administrar medicamentos en áreas del cuerpo que normalmente serían difíciles de alcanzar.
¿Tiene efectos secundarios?
La nanotecnología se dirige a las células cancerosas con mayor precisión para preservar los tejidos sanos. En teoría, debería causar menos efectos secundarios que los tratamientos actuales como la quimioterapia y la radiación.
¿Actualmente es utilizada?
Los médicos han utilizado la nanotecnología para tratar el cáncer durante más de una década. Dos tratamientos aprobados, Abraxane y Doxil, ayudan a que los medicamentos de quimioterapia funcionen mejor.
Lo último: nanopartículas de maíz
Investigadores de la Universidad de Ciencias de Tokio desarrollaron recientemente bionanopartículas con actividad anticancerígena, utilizando maíz como materia prima. Para conseguirlo, el equipo creó una mezcla homogénea de maíz en agua, luego centrifugó este jugo a alta velocidad y lo filtró.
“Estas nanopartículas exhiben excelentes propiedades antitumorales, son fáciles de desarrollar y son económicamente viables. Además, no presentan efectos adversos”, dijo el Dr. Kosuke Kusamori, coautor de la investigación.
Como verás, esta nueva tecnología promete brindar mejores soluciones y más específicas para el tratamiento contra el cáncer, destruyendo los tumores cancerosos con un daño mínimo a los tejidos y órganos sanos. ¡Bien!
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