El consumo de aceite Omega-3 está relacionado con la disminución de la migraña y otros dolores crónicos. Esto es lo que encontraron unos investigadores de Estados Unidos.
Un nuevo estudio parece indicar que el aceite Omega-3, ese que está presente en alimentos como las nueces y el pescado. O en pastillas sintetizadas para los vegetarianos puede ayudar a reducir la migraña significativamente.
Tanto los Omega-3 como los Omega-6 se consideran ácidos grasos esenciales. Es decir, fundamentales para la salud, y como nuestro cuerpo no puede producirlos, es necesario obtenerlos de los alimentos.
Históricamente, los seres humanos consumían cantidades más o menos equivalentes de ambos ácidos grasos. Pero la dieta típica de las sociedades occidentales, actualmente contiene una proporción mucho mayor de grasas omega-6.
La importancia de los ácidos grasos Omega-3 para evitar las migrañas
Los autores del nuevo estudio, organizado y patrocinado por varios institutos de salud en Estados Unidos, pusieron a prueba una hipótesis ya bastante conocida, pero poco comprobada. ¿Una dieta que aumentara el consumo de ácidos grasos omega-3 y redujera los de omega-6, podría reducir la migraña?
Para ello, 181 voluntarios redujeron su consumo de ácidos grasos omega-6. Y, en cambio, aumentaron el consumo de alimentos ricos en omega-3. Los resultados fueron bastante positivos.
Tras unos meses de aumentar su consumo de pescado y evitar lo más posible los aceites vegetales, algunos voluntarios vieron que sus dolores de cabeza casi habían desaparecido.
¿Qué son los aceites Omega-3 y 6 y cuál es su relación con la migraña?
Los aceites vegetales con alto contenido de Omega-6 abundan en la dieta de varios países occidentales, como Estados Unidos y México. Se utilizan con frecuencia para cocinar y se encuentran en muchos alimentos envasados.
Algunas autoridades de la salud los tienen en buen concepto: los aceites vegetales y otras fuentes ricas en ácidos grasos Omega-6 han resultado ser benéficos para la salud cardiovascular en muchos estudios.
Pero otros aseguran que son un problema. Pues hay estudios que demuestran que las grasas Omega-6 favorecen el dolor y la inflamación. Mientras que las ácidos grasos Omega-3 suelen tener el efecto contrario.
Para ver si la reducción de estas grasas podía tener un impacto en las migrañas, los investigadores hicieron que un grupo de personas añadiera más pescado y otras fuentes ricas en Omega-3 a su dieta. Además, disminuyeron el consumo de Omega-6.
A la par, otro grupo de personas comió más alimentos ricos aceites Omega-6 en su dieta, pero no disminuyó su consumo de Omega-3. Y un tercer grupo, que sirvió solo de control, no hizo ningún cambio en su rutina.
Y si aumentamos nuestro consumo de pescado…
Al inicio del estudio, los participantes presentaban un promedio de 16 días de dolor de cabeza al mes. Pero luego de 16 semanas, quienes aumentaron su consumo de pescado y evitaron los aceites vegetales presentaron hasta 4 días menos de dolor.
El grupo que aumentó su ingesta de Omega-3 sin reducir su consumo de Omega-6, también presentó beneficios. Aunque tuvo una mejora menor de 2 días sin dolores de cabeza cada mes.
Ambos grupos informaron que tuvieron dolores de cabeza más cortos y menos graves que antes. Y también utilizaron menos analgésicos como el paracetamol.
Los investigadores también observaron diferencias en biomarcadores sanguíneos importantes. Por ejemplo, los dos grupos que aumentaron su consumo de pescado presentaron mayores niveles de oxilipinas, que ayudan a aliviar el dolor.
Migraña: una tortura para millones de personas
La migraña es una de las causas más comunes de dolor crónico. Y afecta a cerca del 12% de los estadounidenses, la mayoría mujeres.
Para muchas personas, esta enfermedad puede ser debilitante, ya que provoca dolores intensos, náuseas y otros síntomas. Y aumenta de manera considerable la probabilidad de desarrollar depresión y ansiedad.
Los estudios han revelado que los ataques de migraña también pueden afectar la productividad en el trabajo. Lo cual provoca que las personas pierdan unos cuatro días de trabajo al año en promedio.
No obstante, el nuevo estudio aporta pruebas de que una dieta rica en Omega-3 ayudaría a algunas personas que sufren ataques de migraña frecuentes. También reducirían la cantidad de dolores de cabeza que presentan.
Se están llevando a cabo estudios similares para evaluar si aumentar el consumo de Omega-3 podría ayudar a aliviar otros tipos de enfermedades crónicas dolorosas, como la lumbalgia y la fibromialgia.
Christopher E. Ramsden, autor principal del estudio, señaló que los resultados sugieren que el Omega-3 podría ser un complemento útil para los tratamientos existentes para la migraña y otros dolores crónicos.
“Muchas personas con dolor crónico siguen sufriendo a pesar de tomar medicamentos”, dijo al New York Times el investigador.
Ahora sabemos que el consumo de aceites Omega-3 y la disminución de Omega-6 en nuestras dietas puede ser un buen comienzo para vivir con menos dolor y mayor calidad de vida.
Suscríbete aquí a nuestro newsletter semanal y recibe buenas noticias directamente en tu correo electrónico.
También te recomendamos: Disautonomía: ¿por qué hay más mujeres jóvenes que la sufren?