Nixta es un licor de elote sustentable que promueve el uso de este alimento endémico de México de tal manera que ayude a rescatar el campo y el maíz.
Cada vez somos más conscientes —o eso esperamos— de la necesidad de cuidar el medio ambiente a partir de decisiones de compra más responsables. Con eso en mente, Iván Saldaña, biólogo, educador de la industria de espirituosos y maestro destilador, fundó Nixta Licor de Elote.
Se trata de una marca 100% mexicana que busca, además de ofrecer una experiencia al paladar, un proyecto cimentado en la comprensión y transparencia en cuanto a las implicaciones sociales y ambientales de la producción de los mismos.
El uso de producto endémico, mecanismos de producciones tradicionales que dan trabajos digno, el respeto al campo son algunas de las características de estas bebidas sustentables.
El objetivo: preservar la tradición del maíz y conservar un equilibrio ecológico al evitar el agotamiento de los recursos naturales.
Algunos pilares de este licor de elote mexicano son:
1. Crear una bebida con un proceso de producción sustentable
Nixta Licor de Elote utiliza la nixtamalización como proceso fundamental para lograr el resultado final. Con ello busca conservar y respetar el proceso de producción artesanal a través del cuidado del maíz cacahuazintle.
Esto es a favor de familias que han luchado por esta técnica culinaria durante más de 4,000 años, que además protege el maíz.
“Creemos que hoy más que nunca hay una falta de reconocimiento hacia la problemática existente en México, donde el proceso de cultivo y producción de maíz se encuentra en riesgo debido a una gran variedad de amenazas relacionadas con el cambio climático, monocultivo, migración de agricultores y las especies genéticamente modificadas que reemplazan a las nativas”, dice la marca.
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2. Materia prima nacional que reduce emisiones de carbono
Este licor de elote se elabora utilizando exclusivamente maíz criollo cacahuazintle 100% endémico mexicano; se trata de un maíz único por su sabor y por ser no transgénico. Es decir, no ha sido genéticamente modificado.
Sobre la recolección del maíz, el trato directo se da con los productores cercanos al estado de México. Al finalizar el proceso de elaboración, una vez que el maíz se descabeza, los huesos u “olotes” restantes se muelen y reintegran al campo.
Esta es una bonita tradición practicada tiempo atrás por nuestros antepasados, cuya intención es mantener los nutrientes de la tierra de la región de los valles centrales de nuestro país.
3. Los residuos importan, ¡y mucho!
El maaíz cacahuazintle deja como residuos el Nejayote y las vinazas. Estas últimas son un subproducto de la destilación del mosto muy ácido. Contiene una gran cantidad de desechos biológicos que si no se tratan adecuadamente pueden contaminar el agua del río.
Por su parte, el nejayote es el agua residual de la nixtamalización. Esta cuenta con algunos nutrientes que incluso siguen allí aún después de retirar el maíz. Ambos residuos se mezclan y se utilizan como alimento de ganado.
4. El factor humano en este licor de elote
Nixta Licor de Elote asegura que no basta con pagar buenos precios por su materia prima. Además, es necesario asegurar que todos los trabajadores que participan de la cadena productiva reciban un pago justo.
“Ese es nuestro objetivo continuo, incluso cuando hay miembros de la cadena de producción que no empleamos directamente”, señala la marca.
Con este tipo de iniciativas, este licor de elote busca ofrecer un producto con el cual te sientas, como consumidor, seguro. Y además, disfrutes de un licor con notas de esquite rostizado, pan de elote, frutos secos y nueces garapiñadas. ¡Suena a un buen plan para el fin de semana!
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