Hemos consultado a los científicos para que nos confesaran cuáles eran las armas clave para combatir la molesta cruda. Toma nota.
Admitámoslo. Todos hemos vivido la temible resaca tras una noche loca de copas. Y más después de la fiesta de Nochebuena.
Nuestra cabeza no para de dar vueltas, tenemos una sensación arenosa dentro de la boca. Al abrir la cortina, la luz que entra por la ventana nos neutraliza y probablemente nuestra primera parada urgente será el inodoro.
La sensación es tan incómoda como cuando nos vamos a enfermar, pero antes de imaginar lo peor y continuar con los remedios caseros, lo más recomendable es tomar suficiente agua al despertarse.
Pero ¿qué tienen las bebidas alcohólicas que nos hacen sentir al día siguiente como si un camión hubiera pasado por encima de nosotros?
Según la doctora Anita Sturnham “el alcohol es un diurético y por lo tanto estimula las hormonas que aumentan la micción y la pérdida de agua en el cuerpo. Razón por la cual nos sentimos deshidratados”.
La doctora Sturnham explica: “las bebidas alcohólicas se convierten en metabolitos, los cuales son células tóxicas para nuestro organismo que causan náuseas, sudoración, aumento del ritmo cardíaco y dolores de cabeza”.
Por otro lado, el alcohol interrumpe nuestro sistema de citocinas, que son esas pequeñas proteínas que actúan dentro de nuestro sistema inmunológico. Y un aumento considerable de citocinas por el abuso de alcohol, incluso, “produce fatiga y pérdida de memoria”.
Tenemos, además, la costumbre de mezclar las bebidas alcohólicas con otros líquidos como refrescos o jugos, cuyos efectos secundarios potencializarán la resaca. “Hay que tener cuidado sobre todo con el vino tinto, el brandy y el whisky”, sugiere la especialista en Medicina preventiva.
De acuerdo con los expertos te compartimos, entonces, la guía definitiva para evitar la insoportable resaca, pero lo más importante: siempre bebe con moderación.
Vigila tu nutrición
Nuestro estado antioxidante influye mucho en el grado de resaca que tendremos al día siguiente. Es sencillo, mientras mejor nos alimentemos, nuestro organismo se defenderá mejor ante los efectos provocados por el exceso de alcohol. Pollo, huevos, avena y lentejas, son algunas de las mejores fuentes de proteína que nos ayudarán a asimilar mejor los compuestos de las bebidas alcohólicas.
Incluye vegetales verdes en el desayuno
Los vegetales de color verde intenso son excelentes fuentes de magnesio y se recomiendan añadir en el desayuno el día de la resaca. Acelgas con mantequilla y espinacas. O frijoles, tomates, arúgulas, berros y champiñones pueden ser grandes aliados, según esta guía para evitar la resaca.
Mantente activo
Puede ser tentador quedarse en la cama todo el día. Sin embargo, es sumamente útil mover el cuerpo y sudar ligeramente. Una caminata de 15 minutos al aire libre hace que el sistema linfático se restablezca y desintoxique más rápidamente. Mientras que el aire fresco ayudará a oxigenar nuestro cerebro.
Tomar agua constantemente
Hidrátate con agua mientras bebes. Según los expertos se recomienda tomar entre cada bebida, un vaso lleno de agua; así, uno por uno. Esto tendrá un impacto profundo para aminorar la gravedad de la resaca al día siguiente.
Di no a la comida grasosa
Por más atractivos que sean unos tacos o un hot-dog al final de la noche, evita consumirlos. La grasa y los azúcares agregan una mayor carga tóxica a la sangre, y por consiguiente al hígado. De la resaca… mejor ni te contamos.
Atención a las bebidas oscuras
En esta guía para evitar la resaca, sugieren que las bebidas alcohólicas oscuras como el Bourbon, el vino rojo o el ron añejo poseen demasiados sulfitos, los cuales suelen contribuir potencialmente a los síntomas de la resaca. Valdría la pena no consumirlos.
Beber con moderación
Es sumamente importante este último consejo, pues no por tener la solución para evitar la resaca, ahora podrás tomar más alcohol. Al contrario, que esta guía funcione como algo práctico que mantenga tu salud en óptimas condiciones.
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