Tener altas expectativas sobre uno mismo puede traer consecuencias destructivas en nuestra vida. ¡No caigas en este terrible círculo vicioso!
Es natural tener expectativas sobre la vida, sobre nuestro trabajo o sobre otra persona que nos importa. Pero, ¿qué sucede cuando las expectativas sobre uno mismo son demasiado altas o incluso inalcanzables?
Contrario a lo que se puede pensar, las expectativas, cuando son demasiado altas o exageradas, pueden tener un impacto bastante destructivo en nuestras vidas.
De acuerdo con la revista Psychology Today, las altas expectativas sobre uno mismo nos afectan en tres áreas clave. Te recomendamos leer hasta el final para identificar si eres presa de este círculo negativo.
1. Autoestima
Estás poniendo la vara demasiado alta para ti. “Voy a perder 4.5 kilos en tres días”. “Voy a aumentar mis ingresos en el primer trimestre en un 300 por ciento”. “Me despertaré al amanecer todos los días y escribiré una novela exitosa en un mes”.
Justo ahora que comienza un nuevo año, solemos establecer nuestros propósitos, que en realidad suelen ser altas expectativas sobre uno mismo.
Está bien querer escribir una novela, tener cuerpo de atleta y aumentar nuestros ingresos, pero cuando los cosas con expectativas poco realistas, estás preparando el escenario para la autodestrucción.
Y es que, si no los logras, tu autoestima recibe un gran golpe, ya que te das muy poco crédito por los esfuerzos y te culpas por no cumplir con los plazos. Si ves que esto te pasa, estás siendo víctima de las altas expectativas.
2. Relaciones
¿Te sientes herido y decepcionado por los demás? Esta es otra señal de que estás fijando altas expectativas sobre ti mismo.
“Mi pareja romántica debería conocer mis necesidades sin que yo se lo pida“. “Quiero que todos mis amigos se comuniquen conmigo regularmente y vean cómo me va”. “Mis compañeros de trabajo necesitan reconocer lo valioso que soy para ellos”.
Las expectativas sobre uno mismo, cuando son exageradas, tensan las relaciones. Tal vez no te das cuenta, pero en estas situaciones sueles presionar a amigos, compañeros de trabajo o parejas románticas para satisfacer tus demandas
Toma nota de esto: cuanto más exigente emocionalmente seas, más personas te evitarán. Deja de alejar a la gente de esta forma.
3. Perspectiva
Cuando se tienen altas expectativas sobre uno mismo, desarrollamos una perspectiva pretenciosa y arrogante de la vida.
“¿Por qué siempre me rodea la incompetencia?”. “Sé que tengo razón sin importar lo que digan”. “Nadie sabe más que yo”.
Amargado, crítico y duro, esperas que el mundo cumpla con tus expectativas extremas. En lugar de culparte por esperar demasiado, encuentras fallas en todo. Al final, nadie escapa a tu condena.
Cómo romper el hábito de las altas expectativas
Tener altas expectativas sobre uno mismo hace que te todo el tiempo pienses en el futuro. Como resultado, disfrutas menos del momento presente y aprecias poco tu pasado.
Según especialistas, debes considerar estos tres pasos para recuperar un poco de equilibrio en tu vida:
1. Establece expectativas ambiciosas y realistas. Es genial tener grandes sueños, pero no esperes que se materialicen de la noche a la mañana.
Es mejor dar pasos pequeños y constantes a diario que presionar para obtener gratificación instantánea. Como sugirió el filósofo budista Daisaku Ikeda: “Las verdaderas victorias son las que logramos cada día”.
2. Fomenta la gratitud. Puede que no hayas escrito tu novela en un mes, pero es probable que hayas terminado uno o dos capítulos. Reconocer y aplaudir cualquier esfuerzo, incluso cuando no está a la altura de las expectativas sobre uno mismo.
3. Sé flexible. Si no cumples una fecha límite, no uses eso como excusa para devaluarte. La vida está llena de eventos inesperados que descarrilan nuestros planes. Sé flexible. Tómate el tiempo para descansar y restablecer tus objetivos. Las expectativas flexibles reducen los niveles de estrés y generan una mayor atención plena.
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