Las encías son esenciales cuando se trata de higiene bucal, sin embargo hay enfermedades silenciosas (como el estrés) que las llegan a dañar enormemente.
Una situación de estrés se puede derivar de distintas causas, como por ejemplo: el confinamiento, los problemas sociales, la presión en el trabajo, los gastos excesivos, deudas o un trastorno mental como la ansiedad. Lo malo son las afecciones que provoca el estrés a nuestra salud. En este caso la lista es interminable y uno de los problemas que más aqueja a la población y al que menos atención le damos es la inflamación de las encías.
Así es. El estrés puede causarnos inflamación en las encías, gingivitis o bruxismo, una enfermedad silenciosa que consiste en apretar de forma inconsciente la mandíbula y rechinar los dientes, produciendo un desgaste acelerado.
Según estimaciones de la OMS hasta 2019, 264 millones de personas padecen estrés agudo y, aparentemente, la cifra se pudo haber duplicado tras el paso de la pandemia.
La salud bucal es esencial
Pues bien, nuestra salud bucal es primordial y efectivamente el estrés influye negativamente en su mantenimiento. Para la odontóloga Lorena Ceballos es obligatorio supervisar constantemente lo que pasa con nuestros dientes: “y desafortunadamente comenzamos a tratar el área afectada una vez que ya existe la infección, inflamación o caries”.
“Una mala técnica de cepillado, no tener la higiene adecuada o no usar hilo dental todos los días, puede desencadenar problemas que nos saldrán muy caros a largo plazo. Hay otros factores como el estrés o el bruxismo, que van generando daño paulatino hasta que los síntomas se vuelven más graves”, explica Ceballos.
El estrés prolongado puede generar tensión mandibular. Pero además ante una situación de estrés, el cuerpo reacciona liberando cortisol, una hormona que hace que el cerebro esté alerta, aumente el pulso y que los músculos se tensionen.
Es la manera que tiene el organismo de protegerse a sí mismo. Y la producción continua de cortisol puede estimular la inflamación de las encías y, por tanto, favorecer la aparición de gingivitis o periodontitis.
Las aftas y los herpes labiales también suelen aparecer por el estrés, llegando a afectar las encías. Por eso se debe tener una higiene precisa, para evitar que se desencadene una molesta infección.
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A cuidar del estrés nuestras encías
Y ya que sabes todo esto, ahora toma nota de las precauciones que debes llevar a cabo para tener una buena salud bucal y proteger siempre a tus encías:
- Usar el cepillo ideal según tus dientes. Esto evitará que dañes el esmalte de los dientes y que cepilles demasiado fuerte las encías. Renuévalo cada tres meses.
- Cepilla correctamente. Tal cual como nos enseñaron de chiquitos: los dientes de arriba se cepillan hacia abajo y los de abajo hacia arriba. Hacerlo tres veces al día y usar hilo dental.
- Limpieza obligatoria. Visita a tu dentista regularmente para que te haga una limpieza dental o te trate las caries en caso de tener alguna.
- Deja el alcohol y el tabaco. El vino tinto, el café y la nicotina, son agentes sumamente dañinos para los dientes y las encías. Tú decides.
- Evita la fricción de los dientes. Por las noches o mientras trabajamos, es probable que rechinemos los dientes sin darnos cuenta. Pregúntale a tu dentista si eres candidato para que te haga un aparato ortopédico o una “guarda”. Eso liberará de tensión tu mandíbula y protegerá dientes y encías.
Por último
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