Consumo de insectos: una alternativa sustentable de proteína

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Consumo de insectos: una alternativa sustentable de proteína

Varias veces lo hemos escuchado: los escamoles, chapulines u hormigas, tienen un valor excepcional de proteína y en un futuro podrían ser nuestra única fuente de alimentación.

El consumo de insectos es una tradición milenaria. En la actualidad, forman parte de los patrones alimenticios de una gran variedad de culturas y regiones de diferentes países. México, por supuesto, no es la excepción.

En nuestro país, de hecho, los insectos comestibles más comunes incluyen al gusano blanco de maguey (Aegiale hesperiaris), el gusano rojo de maguey (Comadia redtenbachei), los escamoles (Liometopum apiculatum), los chapulines (Sphenarium purpurascens) y las hormigas chicatanas (Atta mexicana). Para algunos, son un manjar en el paladar; para otros, lo más desagradable del mundo.

Sea un placer o no consumirlos, los insectos poseen una fuente de proteínas extraordinarias y nos podrían, incluso, salvar de una catástrofe alimentaria.

¿Por qué los insectos son una alternativa sustentable de proteína?

¿Qué ventajas para el planeta tiene consumir insectos?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promueve el consumo de insectos como una alternativa sustentable de proteína, ya que su producción es más eficiente que la de otros animales, Pues requiere de una menor cantidad de alimento y agua, crecen más rápido y su proporción comestible es mayor que la de los animales de granja.

Poseen gran valor nutricional

Consumir insectos no solo representa una ventaja para el medio ambiente, también se ha demostrado que los insectos comestibles poseen características nutricionales excepcionales.

Por ejemplo, representan una excelente fuente de nutrientes, ya que cuentan con un alto contenido de proteína de buena calidad. Así como un buen aporte de fibra, carbohidratos y lípidos que incluyen ácidos grasos mono y poliinsaturados, además de que son ricos en vitaminas y minerales.

“Un saltamontes tiene un 20% de proteínas frente a un filete de ternera que posee un 27%”

Las concentraciones de proteínas pueden crecer una vez que el saltamontes o chapulín se haya preservado seco, pudiendo éste elevarse a un 60%. Es decir, que casi triplica su valor nutricional original.

Algunas orugas pueden llegar a tener entre 30% y 80% de contenido proteico. Además, este tipo de insectos pueden aportar a la dieta humana vitaminas, minerales y grasas. Los beneficios de cada uno de estos nutrientes depende de la especie y de la preparación de los insectos, y dentro de una misma especie depende en gran medida también del hábitat.

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A los escamoles se les considera el “caviar mexicano”

¿Qué es la entomofagia?

Se refiera a la ingesta de insectos y arácnidos, o artrópodos en general, como alimento de consumo para los humanos  y los animales. Esto es un hábito alimenticio muy extendido en muchas culturas alrededor del planeta.

¿Será que en un futuro no nos quedará de otra más que consumir insectos?

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