Constellation Brands, dueña de marcas de cerveza como Corona y Modelo, tendrá dos años para desmantelar su planta en Mexicali, Baja California.
Las organizaciones de la sociedad civil cada vez están más atentas de que las empresas y gobiernos cumplan con las medidas necesarias para proteger los recursos naturales. Esta vez le tocó rendir cuentas a Constellation Brands, fabricante de marcas de cerveza como Corona y Modelo, que tendrá que interrumpir la construcción de su planta de producción en Mexicali, Baja California.
Todo comenzó a inicios de 2020, cuando la cervecera se quedó sin permisos para terminar la construcción de su planta. A eso se sumó la presión de organizaciones y habitantes de la zona, quienes señalaron la incongruencia de tener una fábrica de bebidas en una zona de alto estrés hídrico.
Ante la presión de los ciudadanos, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) inició una investigación para determinar si Constellation Brands cumplía con los requerimientos para operar en la zona, conocida por sus problemas de acceso al agua.
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La resolución no fue nada favorable para el fabricante de vinos y cervezas. Pues recientemente recibió la orden de comenzar a desmantelar su planta de producción a partir del 18 de marzo de 2021. Y, de acuerdo con la orden federal, tendrá exactamente dos años para terminar su retirada.
En respuesta, la compañía sólo compartió un breve comunicado: “Seguimos trabajando con funcionarios del gobierno federal para determinar opciones potenciales que cubran nuestras necesidades de producción a largo plazo en México”.
Y terminó: “A medida que continuamos estas conversaciones, seguimos trabajando con Semarnat y autoridades locales. La idea es transferir algunos suministros y equipos de Mexicali a otras instalaciones para su mantenimiento y resguardo”.
¿Por qué es inviable la planta de Constellation Brands en Mexicali?
Baja California es conocida por ser una zona cervecera y vinícola. Aquí inició el movimiento de cervecería artesanal en México. Además de ser una de las principales zonas vinícolas del país, con el Valle de Guadalupe, en Ensenada, a la cabeza.
Pero también, esta zona sufre por la falta de acceso al agua. De hecho, los problemas se remontan a inicios del siglo XX con la repartición del agua del Río Colorado y se intensificó con el Tratado Internacional de Aguas, en 1944, que terminó por beneficiar a Estados Unidos y dejó en desventaja a los territorios mexicanos.
Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, en 1994, más empresas llegaron a la zona y comenzaron a sobreexplotar los mantos acuíferos. No sólo fábricas de bebidas, sino también compañías hidroeléctricas.
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A pesar de ser un problema prioritario para las autoridades locales y federales, en 2016 el municipio de Mexicali autorizó la construcción de la planta de Constellation Brands en el territorio. Fue el mismo año que la compañía adquirió Grupo Modelo por 600 millones de dólares, según información oficial de Constellation Brands.
Escasez de agua: un problema de todos
De acuerdo con una nota de La Jornada, la planta requeriría un consumo de 20 millones de metros cúbicos de agua, mismos que se tomaban del Río Colorado, que la propia Semarnat estaba protegiendo por sobreexplotación de parte de empresas de bebidas.
Otra de las quejas de organizaciones de la sociedad civil era la autorización de un acueducto para llevar agua directamente a la cervecera, pero construido con dinero público.
Todo esto terminó por poner a consulta ciudadana la decisión de volver a entregar los permisos o no a Constellation Brands. La respuesta, acompañada de una investigación por parte de las autoridades, llevó a que, hoy, la compañía con sede en Nueva York tenga que demoler los avances de la obra.
Más allá de cualquier argumento económico, queda claro que la salida de Constellation Brands de Mexicali es una decisión favorable para los ecosistemas de la región, altamente afectados por la sequía, así como para los ciudadanos que a diario enfrentan el reto de tener acceso a agua potable.
Lecciones aprendidas de esta decisión
Independientemente de cualquier resolución tomada por las autoridades, en Wokii creemos que esta noticia nos deja varios aprendizajes sobre por qué las empresas deben apostar por prácticas más sostenibles y transparentes.
1. La sociedad cada vez está más organizada
La consulta ciudadana es apenas una de las muchas herramientas con las que hoy la sociedad puede emitir su opinión sobre una política pública. O, en este caso, la llegada de una nueva compañía a una región. Subestimar la voz de los ciudadanos es un error común entre las empresas, particularmente en tiempos de smartphones y redes sociales.
2. Ninguna inversión vale dañar los recursos naturales
Aunque podemos ver casos de corrupción y de ecocidios alrededor del mundo, la urgencia por detener el cambio climático y proteger los recursos naturales cada vez ejerce una mayor presión sobre los gobiernos y la iniciativa privada, lo que deriva en decisiones como la retirada de Constellation Brands en Mexicali.
Hoy, las decisiones deben tomarse no sólo con un racional económico, sino también ambiental (y, en ocasiones, este último tiene mucho más peso).
3. Cuidar la reputación es fundamental
Un paso en falso a nivel mediático puede terminar por hundir la imagen de una marca o empresa. Pasó en su momento con Volkswagen y el escándalo de los motores alterados. O con BP, la petrolera que derramó millones de litros de combustible al Golfo de México.
Las compañías deberían estar más alerta de todos lo detalles de sus operaciones a fin de prevenir riesgos. No sólo para su reputación, sino para los ecosistemas y las comunidades donde operan.
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