El aumento en el consumo de tabaco puede deberse al estrés, ansiedad y depresión, pero también a que en casa podemos fumar con mayor libertad que en la oficina.
Una combinación de ansiedad, aburrimiento, estrés y las libertades inesperadas del aislamiento social son algunas de las razones por las cuales en el último año de pandemia se ha registrado un aumento en el consumo de tabaco, principalmente cigarros.
Linda Bailey, presidenta y directora ejecutiva de North American Quitline, citó las estadísticas del Departamento del Tesoro en Estados Unidos: luego de que las ventas de cigarrillos cayeran entre un 4% y un 5% desde 2015, ahora han aumentado un 1%.
El número de llamadas para dejar de fumar, que funcionan en Estados Unidos, se redujo un 27%. La disminución de más de 190 mil llamadas lleva el número a su punto más bajo desde 2007.
Y esto ha sido constante durante todo 2020. Un descenso de las llamadas del 6% en el primer trimestre, del 39% en el segundo, del 30% en el tercero y del 21% en el cuarto.
Pero no solo las llamadas han disminuido. También una investigación del Centro de liderazgo para dejar de fumar de la Universidad de California en San Francisco lo comprueban: hay menos personas dispuestas a dejar de fumar. En cambio, hay más personas consumiendo tabaco que en años pasados.
A mediados de 2020, las compañías tabacaleras Philip Morris International Inc, Japan Tobacco Inc, Imperial Brands Plc y Altria Group Inc. elevaron sus ventas. Esto debido al alto crecimiento en el consumo de tabaco, principalmente en Estados Unidos y Europa.
Imperial, por ejemplo, dijo que el aumento en el consumo de tabaco se debe a que quedarse en casa durante la pandemia dio a las personas más oportunidades de fumar.
“El estrés y la ansiedad que resultaron de la pandemia pueden ser factores que impulsen el consumo de tabaco”, explicó Linda Bailey en un comunicado. “Si la gente sigue trabajando en casa, será un lugar donde podrá fumar si así lo quiere”.
¿Deberíamos preocuparnos del aumento en el consumo de tabaco?
Como sabemos, el virus causante del Covid-19 ataca con mayor probabilidad a personas fumadoras o con un consumo de tabaco frecuente.
Evitar el aumento en el consumo del tabaco en el mundo debiera ser una de las principales acciones de los gobiernos para disminuir la cadena de contagios por Covid-19.
Por ejemplo, en Sudáfrica la venta de tabaco estuvo prohibida durante cinco meses a partir de finales de marzo como parte de la respuesta al COVID-19.
En Gran Bretaña, los intentos de los fumadores por dejar de fumar aumentaron en abril. Esto según un estudio publicado en octubre por investigadores del University College London.
Las personas que fuman están consideradas por la Organización Mundial de la Salud como grupos vulnerables. Lo anterior debido a que fumar reduce gradualmente la capacidad pulmonar, lo que las convierte en blancos para el contagio.
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