El estrés y las preocupaciones, pueden detonar enfermedades que después se pueden agravar. Mejor mantenernos tranquilos para evitar la disautonomía.
Si eres de los que no le da importancia al estrés o al cansancio extremo, ¡cuidado!, es tiempo de hacerlo, pues podrías padecer disautonomía. Y lee esto: las mujeres son quienes tienen mayor incidencia, aumentando recientemente el número de casos en la población joven de 25 a 35 años.
Se trata de una enfermedad que afecta al Sistema Nervioso Autónomo (SNA), el cual nada más y nada menos es el que se encarga de regular todas nuestras actividades involuntarias, como la respiración, la temperatura o simplemente parpadear.
¿Cuáles son los síntomas?
La desventaja de la disautonomía es que sus síntomas se pueden confundir con otras enfermedades, lo que llega a dificultar su tratamiento oportuno.
Por ejemplo, algunos de los síntomas de la disautonomía son mareos, dolor de cabeza, cansancio, taquicardias, sueño y hasta desmayos. Por lo que podría ser mal diagnosticada confundiéndola con anemia, hipotiroidismo, migraña, fatiga crónica, ansiedad, entre otros padecimientos.
A decir de los expertos, la disautonomía afecta principalmente a las mujeres, en un rango de 10 a 1 en comparación con los hombres. Y debido a que las responsabilidades, el trabajo o la maternidad, se presentan actualmente en mujeres más jóvenes, esta enfermedad tiene un riesgo a desarrollarse más rápidamente.
En la parte clínica, la disautonomía en mujeres se debe a que en el tallo cerebral se regula la presión arterial y existe una mayor sensibilización de estas neuronas a los estrógenos u hormona femenina.
A nivel mundial se reportan 70 millones de personas ya diagnosticadas con disautonomía, según datos de la Dra. Gabriela Chávez Basurto, responsable de Nutrición clínica en la Unidad Médico Quirúrgica del Hospital Juárez del Centro, en México.
¿Y cómo tratamos la disautonomía?
Además de acudir con un médico, es importante hacer cambios en algunos hábitos de nuestro día a día. Por mencionar algunos:
- Evitar comer excesivamente.
- Bajarle a los carbohidratos (pan, pastas, papas, arroz, azúcares).
- Reducir el consumo de alcohol, pues afecta la presión arterial.
- Tomar abundantes líquidos, mínimo 2 litros al día.
- Eliminar la sal de las comidas.
- Realizar caminatas por lo menos 20 minutos diarios.
- Es útil reposar de 15 a 30 minutos tras almorzar.
Siempre será mil veces mejor prevenir que lamentar. Así que si quieres alejarte de la disautonomía debes disminuir tus niveles de estrés y concentrarte en lo que realmente es importante mas no urgente.
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