“Clean eating”, la mejor práctica en alimentación

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“Clean eating”, la mejor práctica en alimentación

La tendencia del clean eating es simple: se trata de consumir alimentos e ingredientes no procesados o refinados, integrales y con pocos o ningún aditivo.

El clean eating evita todo consumo de comida altamente procesada, microplásticos, pesticidas, hormonas y distintos químicos utilizados como conservadores que han probado su potencial negativo en la salud. A muchas de estas sustancias químicas se les ha asociado a diferentes tipos de cáncer. También es sabida su contribución al aumento de peso, a enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes e incluso la muerte prematura.

El término se escucha cada vez en los medios y probablemente alguien en nuestro círculo social haya tocado alguna vez el tema. Lejos de ser una moda, la práctica del clean eating se sustenta en una idea muy básica, la de comer bien y lo más natural que esté a nuestro alcance.

No hay ciencia espacial ni mayores esfuerzos detrás de esta forma de alimentación. Sólo basta con recordar algunas claves a la hora de comprar y cocinar.

Más simple de lo que crees



Al comprar nuestra lista de supermercado es importante alejarse de los productos que puedan permanecer varios siglos en los anaqueles. Evitar a toda costa alimentos con azúcar, sales y grasas añadidas. Elegir productos libres de conservadores y de preferencia aquellos con el sello orgánico.

A diferencia de otras prácticas, el clean eating no es para nada restrictivo, todos los grupos alimenticios tienen cabida. Para el satanizado grupo de las harinas o carbohidratos, basta con elegir las opciones menos refinadas, provenientes de granos enteros y sin preservativos. En cuanto a lácteos, carnes y huevos, es importante seleccionar aquellos que señalan estar libres de hormonas y antibióticos. Las versiones orgánicas de éstos siempre garantizarán una mejor calidad y mayor valor nutricional. 

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Elige harinas menos refinadas

Si te mantienes alejado de los productos de origen animal, las opciones de frutos secos y de proteína vegetal también debes elegirlas con la menor cantidad de sodio o saborizantes artificiales, de otra forma, los beneficios de estos alimentos se ven aminorados por las grandes cantidades de aditivos usados para mejorar su sabor. 

Otro aspecto importante de esta práctica recae, por supuesto, en cocinar. Como en muchos otras actividades, los beneficios del clean eating (mejora de la salud, aumento de energía y pérdida de peso) requieren de un compromiso a largo plazo y de cambiar nuestra relación con la comida. Cocinar se convertirá en nuestro segundo mejor aliado, después de la cuidadosa selección de los ingredientes. La clave será hacerlo en casa y de la forma más simple posible. 

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Cocina de la forma más simple

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