La creación del planeta Tierra ha sido un misterio, sin embargo nuevos descubrimientos señalan que el Sol tuvo mucho que ver en la formación del agua.
Si la comparamos con otros planetas rocosos del sistema solar, la Tierra posee cantidades extraordinarias de agua. Y los astrónomos, desde tiempos de Isaac Newton, se han preguntado por qué nuestro planeta tiene más de este vital líquido que los demás.
Recientemente, la Universidad de Glasgow lideró un equipo de investigadores, incluidos los del Centro de Ciencia y Tecnología Espacial de Curtin (SSTC), quienes descubrieron que el viento solar -compuesto por partículas cargadas del sol, integradas en gran parte por iones de hidrógeno- fue el que creó agua en la Tierra. Debido a que se impregnaron en la superficie de los granos de polvo transportados por asteroides y que se estrellaron contra nuestro planeta en los primeros días de la formación de nuestro sistema solar.
Detectan presencia de agua en asteroides
Los investigadores estudiaron muestras del asteroide Itokawa -un asteroide condrita ordinario- recolectado por la misión Hayabusa de la Agencia Espacial Japonesa, para observar cómo la superficie del grano se veía afectada por la intemperie especial. De esta forma notaron una fina capa (de unos 50-60 nanómetros) rica en agua (hasta un 1%) en la zona superficial de un pequeño grano de este asteroide.
El equipo pudo confirmar que el agua del asteroide tiene origen extraterrestre. Pero no porque los granos analizados se hubiesen contaminado al llegar a la Tierra, sino porque la fuente ha sido el sol. El agua de este asteroide es producida por el viento solar. Éste interactúa con las diminutas partículas de polvo que se encuentran en ciertos asteroides, creando una pequeña cantidad de agua. Lo cual podría explicar parte del líquido que encontramos aquí en nuestro planeta.
Una esperanza para regenerar el agua en la Tierra
Fue así, que al medir todo lo que había alrededor de estas partículas, incluidas las partes ocultas del sol, los científicos encontraron hidróxido y agua enriquecidos en los bordes de cada lado. Lo que sugiere que los iones de hidrógeno del sol se implantaron en la roca, almacenando agua donde no se puede tocar.
El Dr. Luke Daly, líder del estudio que fue publicado por la revista Nature Astronomy comentó: “Nuestro sistema de tomografía de sonda atómica de clase mundial nos permitió echar un vistazo increíblemente detallado dentro de los primeros 50 nanómetros más o menos de la superficie de los granos de polvo de Itokawa. Y descubrimos que contenían suficiente agua que, si se ampliaba, equivaldría a unos 20 litros por cada metro cúbico de roca”.
Esta noticia es un gran descubrimiento para la seguridad hídrica de la Tierra, pues sugiere que los granos aislados de polvo en el espacio podrían convertirse en una fuente importante de agua en nuestro sistema solar. Y que, incluso, podríamos recolectarla en un futuro. ¿Te imaginas?
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