La salud mental en en mascotas es tan importante como su salud física pero, ¿sabes identificar esos comportamientos extraños?
La salud mental ha sido un tema muy explorado en los últimos años pero, con el reciente cambio en el estilo de vida, obligando a muchos a trabajar desde casa, muchos perros y gatos comenzaron a desarrollar ciertas actitudes que, sin duda, deben ser observadas para descartar cualquier problema emocional o en su salud.
Depresión, ansiedad, estrés, fobia o hasta algún trastorno obsesivo-compulsivo, son algunas de las enfermedades emocionales que podría presentar un perro o gato y que fácilmente se lleguen a confundir con problemas de conducta.
Pos supuesto, el ser humano no es el único ser vivo con posibilidades de experimentar problemas emocionales o mentales, los animales también pueden atravesar una enfermedad o trastorno que los saque de su centro y, entonces, comienza a expresarlo con diversas actitudes nada comunes en su personalidad.
De acuerdo con un estudio realizado porScientific Reports, descubrieron que de los 13,700 perros analizados mediante una encuesta realizada a sus dueños, el 72% de sus mascotas presentaba comportamientos problemáticos, desde miedo hasta agresión.
Sabemos que los perros ladran o aúllan y que los gatos maúllan, que les gusta jugar o rasgar pero, ¿cuándo ya no es normal? Te damos aquí unas señales que podrían ayudarte a detectar algún problema en la salud mental de tus mascotas.
¿Cómo podría saber si mi perro o gato tiene un problema emocional?
Primero es importante mencionar que existen ciertos factores que podrían alterar su comportamiento de manera “natural”, por ejemplo: edad avanzada.
También hay otros que sí dependen de ti, por ejemplo: que no tenga la actividad física suficiente, no socialice con otros animales o personas o por algún cambio recién de casa.
¿Cómo lo manifiestan?
Estas podrían ser algunas de las actitudes que adquiera tu mascota:
- Destruyendo muebles, su cama, zapatos y demás objetos que tenga a su alcance, sobre todo cuando se encuentra solo.
- Lo notas siempre a la defensiva o alerta.
- Podría comenzar a hacer sus necesidades en lugares donde no debe o regularmente no lo hacía; en el caso de los perros podrían orinar o defecar dentro de casa cuando estaban acostumbrados a hacerlo afuera y, en caso de los gatos, dejar de utilizar su arenero para hacerlo en cualquier otro lugar.
- Demasiada hiperactividad.
- Lame en exceso objetos o hasta a él mismo.
- Ladra, gime o llora más de lo habitual.
- Presenta diarrea o vómito frecuente sin razón.
- Come sus propias heces.
- Huye o se esconde (en el caso más específico de los gatos)
Si notas que tu mascota presenta una o más de estas actitudes deberás llevarlo con algún especialista, no sin antes asegurarte con su médico veterinario que no se trate de alguna otra enfermedad física que no estés notando.
Eso sí, recuerda que la atención, el ejercicio diario, los juegos y más, siempre van a ayudarle a sentirse más relajado y en paz. Y ojo, muchas veces nosotros podemos contagiarle algunas emociones, no dejes de poner atención a todo su entorno.
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