Si te preguntas qué tipo de terapia es mejor para ti, aquí te contamos en qué consisten las técnicas más comunes para que tomes tu decisión.
Todos quienes hemos tomado la decisión de ir a terapia mental y emocional nos hemos hecho esta pregunta: ¿qué tipo de terapia es mejor? Si no sabemos mucho del tema, podemos perdernos fácilmente entre el psicoanálisis o hasta la psicología budista.
Elegir la terapia más adecuada para nosotros no es un camino fácil: se trata de probar y probar, hasta encontrar el método correcto para resolver nuestros conflictos emocionales y mentales.
En el camino, gastamos mucho dinero y perdemos mucho tiempo. Lo peor: salimos decepcionados y terminamos por concluir que los psicólogos no sirven.
Pero nada está más lejos de ser verdad. Los especialistas en la salud mental nos dan por fin una respuesta: no importa el tipo de terapia, sino que hagas clic con ella. El psicoanálisis sirve, la psicología humanista sirve, la terapia conductual sirve.
Entonces, ¿dónde está la falla? Bueno, en la psicología hay algo llamado rapport, un fenómeno que surge en nuestra mente cuando sentimos que “hay una conexión” o que por fin alguien nos entiende.
Cuando vamos con un psicólogo o terapeuta, el rapport es fundamental. Esto tu terapeuta lo sabe de sobra, pero a lo mejor tú no lo sabías. Desde la primera sesión, tu terapeuta sabe si la relación con él o con ella va a funcionar o no. Es su deber ser honesto contigo y decírtelo.
Lo que queremos decir con todo esto es que tú debes sentirte libre de poder hablar de cualquier tema que traigas en la cabeza, por más difícil o duro que pueda parecer.
Da lo mismo si prefieres algunos tipos de terapias más holísticas (como la psicología positiva o la psicología budista), o si prefieres un camino más ortodoxo (como algunas vertientes lacanianas del psicoanálisis): debe haber una conexión con tu terapeuta, sí o sí.
Tipos de terapia y ¿cuál es mejor para ti?
Si con todo lo anterior aún tienes la duda de qué tipo de terapia es mejor, no te preocupes. A continuación, haremos una lista con las terapias más comunes y cuáles son a grades rasgos sus características.
1. Psicoanálisis
La Asociación Psicoanalítica Mexicana describe esta terapia como “la exploración del inconsciente”. Es una disciplina creada por Sigmund Freud en la cual el paciente habla y realiza asociaciones libres de sus propios pensamientos, mientras que el psicoanalista interpreta dichas asociaciones.
El psicoanálisis parece ser un método recomendado para quienes quieren encontrar las causas profundas de un padecimiento o malestar. Si sufres de depresión, ansiedad o estrés crónico, o estás luchando contra miedos, obsesiones o conductas adictivas, también es un método que puede funcionarte.
Hay muchas críticas hacia el psicoanálisis, al punto de que se le ha llamado una pseudo ciencia. Sin embargo, ten por seguro que los psicólogos tienen una formación seria universitaria y que, dentro del mismo psicoanálisis, hay muchas vertientes.
Lo que sí debes tomar en cuenta es que es un proceso largo y que, por tanto, puede ser costoso. Hay personas que llevan cinco o más años en psicoanálisis, pero realmente funciona.
2. Psicología conductual-cognitiva
Como ya estarás adivinando, este tipo de terapia se especializa en estudiar la conducta humana. A diferencia del psicoanálisis, no queremos encontrar el origen de los problemas en traumas del pasado, sino en cómo aprendemos ciertas conductas y cómo el comportamiento repercute en nuestro día a día.
Los principios de la psicología conductual-cognitiva se remontan a los experimentos de Ivan Pavlov, quien decía que a todo estímulo hay una respuesta. Esto, en la medida que se repite, va reforzando patrones de comportamiento: cada vez que nos encontremos a dicho estímulo, responderemos de la misma forma.
Por ejemplo: si constantemente sufriste abusos o malas experiencias en tu habitación, es posible que el solo hecho de estar en tu habitación cree un estrés y ansiedad en ti.
La psicología conductual-cognitiva nos ayuda a encontrar si estamos repitiendo algunos patrones. También nos ayuda a desaprender viejas conductas y cambiarlas por otras más conscientes y positivas.
Si preguntas qué tipo de terapia es mejor, seguramente escucharás a método conductual-cognitivo como uno de los más recomendados, y es gracias a que puedes ir directo al grano desde un inicio.
3. Psicología humanista
Este tipo de terapia intenta conocer los factores internos y externos que están provocando un malestar emocional. Si te suena un poco parecido al psicoanálisis, es normal. De hecho, la psicología humanista surge como una crítica al psicoanálisis, en los años 60.
Mientras el psicoanálisis tiende a patologizar a las personas y a determinar que todo tiene origen en su infancia, la psicología humanista parte del hecho de que el ser humano es bueno por naturaleza y que son las experiencias de la vida las que van cambiando su carácter.
Pero es gracias a su enfoque en la naturaleza humana que se acepta que todos podemos cambiar y que nada en la vida determina para siempre quiénes somos, ni mucho menos quiénes seremos en el futuro.
Si te preguntabas qué tipo de terapia es mejor, la psicología humanista demuestra que ninguna es mejor que otra y que incluso pueden combinarse para tratar de estudiar todos los factores posibles.
4. Psicología positiva
Este tipo de terapia surge en los años 80 a partir de una reflexión: ¿por qué la psicología debería sólo enfocarse en las patologías y no en aspectos más positivos de la mente?
Así, el psicólogo Martin Seligman fundó la corriente de la psicología positiva: fomentar todo aquello que nos hace más felices y plenos, al tiempo que reparamos aquello que nos causa infelicidad e insatisfacción.
¿Y esto cómo se aplica a una terapia? Primero, se intervienen padecimientos como la ansiedad, el estrés y la depresión que pueden estar causando emociones negativas.
Para esto, un psicólogo positivista intentará reforzar en nosotros todas nuestras virtudes e invitarnos a explorar otros lados de nosotros que nos son difíciles de observar.
El concepto clave en este tipo de terapia es la resiliencia: un proceso de aprendizaje sobre las experiencias traumáticas del pasado y cómo podemos sacarles provecho para salir adelante.
5. Psicología budista
El budismo es una filosofía de vida, no una religión. Y en ese sentido, el budismo y la ciencia son perfectamente compatibles.
Así ha sido como algunos psicólogos han estudiado los beneficios del budismo para la mente humana y han incorporado algunos de sus principios al control de las emociones.
Por ejemplo, el mindfullness o atención plena surge de combinar aspectos de la meditación con prácticas psicológicas cognitivas: aprender a disfrutar del aquí y el ahora.
El budismo surgió, originalmente, como una filosofía de vida para eliminar el sufrimiento, que es exactamente lo que también busca a psicología.
Ahora ya sabes que, cuando se trata de buscar ayuda, está demás preguntarse qué tipo de terapia es mejor: lo importante es dar ese paso y, sobre todo, ser muy honesto con uno mismo.
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