Se termina un año más y algunos propósitos quedaron inconclusos, ¿será que es momento de cambiarlos y hacer de ellos un objetivo claro? ??
Pareciera lo mismo, pero no es igual. Y lo que los diferencia es realmente lo que hace que unos se cumplan y otros no. ¡Descubre cómo hacer que tus propósitos sean realmente efectivos!
Esta popular frase de Antoine de Saint-Exupéry es más cierta de lo que crees. Pues si bien somos de rituales y decretos, vale la pena echarle la mano al Universo poniendo de nuestra parte para que todo suceda.
¿Qué es un propósito?
Tal cual, si nos vamos a la definición, la palabra que la acompaña es determinación y, claro, muy necesaria para el día a día.
Pero, ¿qué le hace falta a un propósito para cumplirse? Quizá el estar más apegado a una meta que a un deseo, como lo dice Saint-Exupéry.
Veamos las diferencias:
Propósito
– No tiene fuerza propia
– Carece de fechas límite (decir “antes de que termine el año” no es fecha límite)
– No hay urgencia
– No tiene un plan (lo más importante)
Meta
– La forma un plan, mismo que te da energía para lograrla
– Tiene fecha límite de cumplimiento
– Es clara
– Puede medirse
Pongamos un ejemplo, este 2022 te propones dejar de fumar. Y ya, hasta ahí se quedó. Recuerdas este propósito cuando vuelve a llegar diciembre y no tuviste éxito, es más, hasta se te olvidó.
Sin embargo, tu meta podría ser reducir el 50% de tu consumo de cigarro -esto le da claridad y medición-. Entonces, comienzas el plan poniéndote fechas, es decir, para el 30 de enero debes reducir una cajetilla menos al mes. Para febrero, dos cajetillas menos al mes y así, vas mes a mes.
Como ese, hay varios propósitos que requieren de un plan y, por supuesto, de ejecutarlo y apegarse a él para lograrlo cuando así lo quieras.
Y recuerda que los propósitos no son exclusivos del inicio de año, en cualquier momento puedes sentarte y armar un plan para esa nueva meta que nació como un simple deseo.
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