Annie Duke es una jugadora profesional de póker que considera a este famoso juego un buen maestro que enseña a tomar mejores decisiones.
Annie Duke ha ganado más de cuatro millones de dólares en torneos gracias a sus estrategias con las cartas. Y ha concluido que el póker ha influido en su capacidad de tomar mejores decisiones no solo en el juego, sino en la vida. Esto porque todo lo que nos ocurre, como sucede en cada tirada, contiene un porcentaje de suerte y otro más de la calidad de las decisiones que tomamos a cada instante.
Para Duke está claro que solo tenemos control sobre una de esas dos cosas, que son nuestras elecciones. “Cuando tomas decisiones de calidad, incrementas tus oportunidades de que cosas buenas te sucedan”, explicó a Fast Company. También autora del libro How to Decide: Simple Tools for Making Better Choices, Annie Duke nos recuerda que estamos acostumbrados a considerar que hay decisiones buenas o malas, sin pensar que hay un punto intermedio. “Las tratamos como aciertos o errores, según hayan funcionado. El problema es que el hecho de que no haya dado el resultado que queríamos, no quiere decir que una decisión fuera buena o mala”.
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¿Cómo podemos tomar mejores decisiones a través de la lógica del póker?
Durante las partidas que juega, pero también en su vida personal y profesional, Duke aplica su regla de las 3 P. Piensa en Preferences, Payoffs y Probabilities (preferencias, recompensas y probabilidades). Las preferencias son un asunto personal y deben estar bien determinadas. Para tomar las mejores decisiones posibles, es importante que sepamos qué queremos. Y no debemos comparar nuestras preferencias con las de otros. Annie pone como ejemplo decidir pasar una tarde en la playa en la que, de pronto, comienza a llover.
Para alguien cuya meta era relajarse bajo el sol, pudo ser una mala decisión, mientras que para alguien que ama leer, puede no pasar nada más que disfrutar el libro escuchando la lluvia desde su cuarto de hotel. Ahí la importancia de la meta.
Sobre las recompensas, apunta que si bien se pueden obtener ganancias, al apostar también podemos tener pérdidas. Así que hay que reflexionar si la recompensa merece que arriesguemos lo que ya tenemos. Y, finalmente hay que pensar en las probabilidades. Considerar cómo pueden ocurrir los resultados que esperamos. Y aquí es donde la suerte entra en juego, por lo que al tomar una decisión, Duke recomienda que nos concentremos en aquello sobre lo que sí tenemos control y que no perdamos de vista las cosas que tienen más probabilidad de ocurrir.
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