El concepto omotenashi ha revivido en los recientes Juegos Olímpicos para demostrar la calidez, con la que la capital japonesa ha recibido a sus visitantes.
Históricamente, Japón ha brillado por su amabilidad con todos los visitantes procedentes de todo el mundo. Por eso, este rasgo es un distintivo ya de la cultura nipona, al grado de que tienen una palabra específica para esto: omotenashi.
Traducida como “hospitalidad japonesa”, la palabra omotenashi en realidad es mucho más que eso. Omotenashi es cortesía sin límites, con el firme deseo de mantener la armonía y evitar el conflicto, es decir, un auténtico estilo de vida.
Podemos observar incontables muestras de omotenashi en sus calles, donde es posible ver a conductores cederse el paso. O en el transporte, en los que más de un japonés no tendrá ningún problema en cederte su asiento.
Entrar a un restaurante o algún comercio japonés es toda una experiencia de calidez. En Japón no faltan las bienvenidas efusivas, las sonrisas, los agradecimientos y las invitaciones a volver, todo sin esperar una propina o una remuneración extra.
Este mismo concepto de omotenashi se observa también en la tecnología. Las grandes compañías tecnológicas han llevado estos preceptos a todos los aspectos de la vida diaria.
Las puertas de los taxis abriéndose automáticamente, anticipándose a tu entrada; los baños con el asiento del inodoro calentándose previamente a tu llegada. O la música que comienza a sonar cuando uno va a utilizarlo, son solo algunos de los ejemplos de que Japón es sinónimo de hospitalidad.
El origen de esta increíble actitud hospitalaria
El omotenashi nació en los rituales de la ceremonia del té del siglo XVI, donde el anfitrión se esforzaba arduamente a veces durante años. Con la intención de poder preparar el ambiente idóneo para complacer a sus invitados y hacerles pasar un momento placentero.
Por su parte, los invitados, conscientes del trabajo del anfitrión, respondían con una gratitud que raya en lo reverencial. Lo cual se traduce en una ceremonia de mucho respeto y un momento de verdadera comunión.
Es entonces que esta versión japonesa de la hospitalidad conlleva una relación más igualitaria entre la parte que presta el servicio y la que lo recibe: no sólo es dar sin recibir a cambio, sino ser retribuido por igual.
Los Juegos Olímpicos reviven el omotenashi
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 han puesto a Japón en la mira del mundo y el omotenashi es ya uno de los valores que tiene más sorprendidos a los visitantes de todo el mundo.
A pesar de que los invitados están aquí de forma temporal, y que muchos de ellos rivalizan con sus atletas en las diferentes disciplinas, los japoneses les dan la bienvenida con omotenashi porque valoran su visita y cada uno de sus encuentros con ellos.
La justa olímpica se encargó de revivir este término, específicamente desde que Japón presentó en 2013 la candidatura de Tokio ante el Comité Olímpico Internacional, en el que la embajadora japonesa, Christel Takigawa, amparó su deseo de albergar las Olimpiadas bajo esta visión.
Desde ese entonces, la palabra omotenashi se usa para dar la bienvenida a invitados extranjeros, aunque originalmente este término solo se usaba para gente de la clase alta.
Si bien los mismos japoneses no están tan convencidos que su espíritu de servicio que impera en su sociedad es necesariamente un reflejo del omotenashi, lo que es un hecho es que, para el resto del mundo, Japón brilla por su amabilidad y gentileza en el servicio.
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