Los cambios dentro de una oficina siempre son benéficos, pero ¿sabes qué hacer o cómo actuar cuando te imponen a un nuevo jefe?
Aquí las cosas son distintas. A menos que venga de otra área y ya hayas tenido contacto con él o ella, las incertidumbres estarán a la orden del día. Enfrentarte a la llegada de un nuevo jefe puede ser tan malo o tan bueno como tú lo decidas.
Primero: no tienes por qué estresarte. Tu mejor arma será sacar a flote tu inteligencia emocional y antes de sentirlo como una amenaza, piensa que un nuevo reto llegará a tu vida laboral. Y probablemente te sacudirá un poco de tu zona de confort. Eso es bueno.
Es normal que un nuevo jefe —que venga del exterior— quiera hacer cambios en el equipo o tal vez no. Debes estar abierto a cualquier posibilidad y entender que mientras estés trabajando directamente para él, tendrás que adaptarte a un nuevo esquema laboral.
Jefes que reconozcan a su equipo: 90% de empleados
De igual manera toma en cuenta los siguientes datos que probablemente le serán muy útiles a ti y al equipo que se encuentre bajo las órdenes de tu superior.
Según un reciente estudio de Randstad, tres de cada cuatro empleados prefieren a jefes que les ayuden a desarrollarse profesionalmente.
Los jefes a la vieja usanza (que solo imponen y no escuchan a los demás) ya no son bienvenidos en un equipo de trabajo.
El 90% de los empleados quieren jefes que los motiven y que sean capaces de ver las cualidades de cada integrante. El liderazgo del nuevo jefe debe ser la clave para el esfuerzo que se realice día a día.
Generalmente los empleados que renuncian no se van de las empresas, sino de sus jefes directos.
Entendido esto, es hora de poner manos a la obra para sortear la llegada de un nuevo jefe a tu vida laboral:
1. Dirige cómo (y con qué frecuencia) ponerte al día. Pregunta a tu nuevo jefe qué medio le resulta más cómodo para supervisar tu trabajo. ¿Una reunión por zoom, correo electrónico, videochat, una red de mensajería instantánea? Algunos supervisores (especialmente los más jóvenes) podrían preferir mantenerse en contacto periódicamente a través de mensajes de texto.
2. La primera impresión es la que más cuenta: no se trata ser más servicial de lo normal, ni tampoco ser invisible ante él. Debes mostrarte seguro de lo que haces o dices. Y olvídate de estar a la defensiva. Sobre todo hazle ver que eres un empleado en el que puede confiar.
La clave para ser un buen jefe es aprender y enseñar
3. Si llegas a tener una junta privada con él es importante que desde el principio le hagas saber que eres una persona que avanza trabajando en equipo. Y que estás dispuesto a ser guiado para tomar las mejores decisiones por el bien de la empresa.
4. Como tú lo fuiste alguna vez, él es un nuevo en el equipo y aunque sea el jefe debes facilitarle su llegada. Ayúdale a tener una buena relación con el resto de los integrantes y mantén una sana comunicación con él cuando tenga dudas sobre los procesos.
5. No le exijas al nuevo jefe que se adapte a la situación, si no estás dispuesto a hacerlo también. Ambos deben hacer un esfuerzo para ayudarse mutuamente. Un buen jefe querrá aprender y enseñar. Y esto deberá ser recíproco con todo el equipo.
6. Nada de comenzar a dividir al personal. Ten cuidado de entrar al juego con aquellos que quieren “destruir” al recién llegado. Debes mantenerte al margen de los chismes y comentarios que puedan afectar tu relación con el nuevo jefe.
Para nadie será fácil adaptarse a los nuevos métodos de trabajo; así que no pierdas la paciencia y confía en que tarde o temprano todas las piezas terminarán por encajar.
La actitud positiva siempre será tu mejor aliado.
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