Un nuevo material a base de huesos de aceitunas puede adoptar diferentes texturas, flexibilidad y transparencia para sustituir al plástico.
Sustituir el plástico se ha convertido en un reto mundial en el que trabajan diseñadores, científicos y biólogos. Huesos de aguacate, hongos, cáñamo, maíz, hojas de plátano e incluso la proteína del calamar, han sido utilizados como posibles alternativas. Ahora, hay una nueva opción: huesos de aceitunas.
La producción de aceite de oliva lleva consigo una importante generación de residuos procedentes del deshuesado de aceitunas. Hasta ahora ese desecho se destinaba a su valorización energética mediante incineración, pero el Instituto Tecnológico del Plástico y Olivarera los Pedroches, trabajan en el proyecto GO-Oliva.
GO-Oliva trata de desarrollar una aplicación de alto valor agregado para la fabricación de nuevos envases de plástico sostenibles. Se trata de Oliplast, un material plástico compuesto biodegradable, compostable y procedente de fuentes renovables: una carga de aceite de oliva y un material termoplástico.
Este plástico puede ser procesado mediante extrusión o inyección para la elaboración de productos como porta vasos o tapones para envases de cremas cosméticas. Sin embargo, los avances para utilizar esta alternativa al plástico han comenzado a notarse.
Huesos de aceitunas: la mejor alternativa al plástico
La diseñadora industrial Silvana Catazine y el arquitecto Josean Vilar han dado con la clave dar al material flexibilidad, transparencia y textura. Bajo la marca Re Olivar han conseguido un compuesto con huesos de aceitunas, biodegradable y reutilizable que opta a ser una alternativa más al plástico.
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Catazine fue quien comenzó a investigar sobre los posibles usos de los huesos de las aceitunas. Trabajó en el programa de desarrollo de materiales biorgánicos de la Unión Europea, que imparte el centro de investigación Fab Lab de Poble Nou.
Para el dúo, la materia prima es fácil de conseguir, viviendo en España, el primer productor y exportador mundial con un total de 21% del total, de acuerdo a los datos del Consejo Oleícola Internacional.
Luego de un proceso de triturado de huesos de aceitunas en el laboratorio, añaden varios ingredientes para aglutinar el material según la elasticidad, permeabilización y resistencia finales. La apariencia del biomaterial puede ir desde transparente a tener una textura granulada o un aspecto similar a la madera.
Una opción viable y estética
Han logrado que se encuentre disponible en diferentes colores gracias a un proceso de teñido con fuentes naturales, como la cúrcuma, el aguacate, el índigo o la cochinilla.
La pareja ha unido sus intereses para crear sus primeros productos. Comenzaron con la elaboración de juguetes, fabricados 90% con plástico y con una vida útil demasiado corta, lo cual los ha convertido en una fuente importante de contaminación.
Por ello, han creado unas piezas de rompecabezas 3D, con las que los niños pueden construir sus propias formas. La segunda creación son paneles para stands de ferias comerciales, con una gran versatilidad de formas, texturas y colores; reutilizables y cuyo peso ligero los hace fáciles de transportar.
Por último, han creado tazones y piezas de decoración. Consientes de la dificultad para introducir este tipo de materiales en el mercado, confían también en que el empujón definitivo surja de la conciencia social creada gracias a la situación que enfrentamos actualmente.
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