De acuerdo a un estudio, han identificado que las mujeres (por cuestión biológica) sienten más frío que los hombres. ¿Tú qué opinas?
Todos tenemos diferentes preferencias al estar bien arropados, sobre todo cuando llega el invierno. Y es cierto que aunque estamos en pleno verano, la ‘configuración del termostato’ a menudo constituye la base de las discusiones de oficina entre mujeres y hombres, con respecto a la temperatura “correcta” entre unos y otros.
Entre ambos géneros, siempre hay más similitudes que diferencias. Pero una reciente investigación muestra consistentemente que las mujeres sugieren tener una temperatura interior más alta que los hombres.
Pero ¿hay alguna ciencia que respalde la creencia generalizada de que las mujeres “sienten el frío” más que los hombres?
Biológicamente, ¿sí hay muchas diferencias entre hombres y mujeres?
Aproximadamente con el mismo peso corporal, las mujeres tienden a tener menos músculo para generar calor. Las mujeres también tienen más grasa entre la piel y los músculos. Por lo que la piel se siente más fría, ya que está un poco más alejada de los vasos sanguíneos.
Las mujeres también tienden a tener una tasa metabólica más baja que los hombres. Lo cual reduce la capacidad de producción de calor durante la exposición al frío, y esto hace que las mujeres sean más propensas a sentir frío a medida que baja la temperatura.
Las hormonas hacen de las suyas
Además, el estrógeno y la progesterona, que se encuentran en grandes cantidades en las mujeres, contribuyen a la temperatura corporal central y de la piel.
El estrógeno dilata los vasos sanguíneos en las extremidades. Esto significa que se puede perder más calor en el aire alrededor. Y la progesterona puede hacer que los vasos de la piel se contraigan, lo que genera menos sangre hacia algunas áreas para mantener los órganos internos más calientes. Este equilibrio hormonal cambia a lo largo del mes junto con el ciclo menstrual.
Las hormonas también hacen que las manos, los pies y las orejas de las mujeres se mantengan alrededor de tres grados centígrados más fríos, que los de los hombres. ¿Lo sabías?
La temperatura corporal central es más alta en la semana posterior a la ovulación, a medida que aumentan los niveles de progesterona. Esto significa que en esta época, las mujeres pueden ser particularmente sensibles a las temperaturas exteriores más frías.
Aunque las manos y los pies están más fríos, las mujeres tienen temperaturas centrales promedio más cálidas que los hombres.
Efecto animal
El fenómeno de que algunos de nosotros prefiramos temperaturas más cálidas a otros no es exclusivo de los humanos. Los estudios sobre muchas especies de aves y mamíferos informan que los machos suelen congregarse en áreas más frescas donde hay sombra, mientras que las hembras y las crías permanecen en ambientes más cálidos donde hay luz solar.
Por ejemplo, los murciélagos machos prefieren descansar en los picos altos y frescos de las montañas. Mientras que las hembras permanecen en los valles más cálidos.
En fin, cada organismo es distinto. Y podría ser que hay hombres más friolentos que las mujeres, depende también de muchas circunstancias y la región en la que habiten.
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