5 lecciones de vida que aprendimos con ‘Gambito de dama’

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5 lecciones de vida que aprendimos con ‘Gambito de dama’

La miniserie de Netflix ‘Gambito de dama’ ha roto récords de audiencia y repuntado la venta de tableros de ajedrez; además ofrece lecciones de vida.

Desde su estreno a finales de octubre a tan solo un mes después, registra 62 millones de reproducciones. Se trata de la miniserie más vista de la plataforma de streaming más popular. Y esto indica su status de hit arrasador. La miniserie de Netflix Gambito de dama es un éxito inesperado que ofrece, en su trama, interesantes lecciones de vida. Y lo hace mientras revoluciona los contenidos que los televidentes deseamos consumir.

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Recordemos que su estreno fue cercano a la serie Emily in Paris, también de Netflix. Como Gambito de dama, también tiene como protagonista a una mujer joven con ambición y deseos de abrirse camino por sí misma, además de un guardarropa envidiable. Pero a la superficialidad y exceso de prejuicios culturales a los que nos expone Emily in Paris, más vistosa y fácil de digerir, la venció inesperadamente esta miniserie mucho más compleja, profunda e inteligente. Una victoria para los contenidos de calidad que no solo invitan al disfrute, sino a la reflexión.

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Estas son 5 lecciones de vida que aprendimos con ‘Gambito de dama’

1
Resiliencia
Beth Harmon, interpretada por Anya Taylor-Joy, hija de un matrimonio problemático, queda huérfana de madre y es abandonada por su padre. Por ende, es internada en un orfanato, quedando en espera de ser adoptada. Pese a la tragedia, desde niña muestra un espíritu de resiliencia inquebrantable. Con puntos bajos, por supuesto, pero siempre con ánimos de salir adelante, algo que —como vemos a lo largo de los capítulos— consigue hacer.

2
Sororidad
Beth es adoptada por un matrimonio infeliz. El nuevo padre no tarda en abandonarlas a ella y a su madre adoptiva. El asunto termina por unirlas más. Y crean un lazo de amor y hermandad de género que las ayuda a salir adelante. Beth también mantiene un lazo importante con Jolene, su amiga del internado a la que admiraba por su rebeldía. Ambas se apoyan entre sí aún años después.

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3
Equidad
A Beth no la detiene “ser mujer”. Reta al señor Shaibel —custodio del internado—a una partida de ajedrez que él acepta sin saber el prodigio que está por ver. El talento de Beth es respetado en un mundo tradicionalmente de hombres sin que su género importe. Y no tiene que imitarlos para mostrarse poderosa. Ella mantiene elementos de la feminidad tradicional y los vuelve un manifiesto de disrupción.

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4
No todo tiene que estar bien
El camino del éxito que recorre Beth tiene muchos bemoles. La forma en la que el internado trataba las afecciones emocionales de las niñas, incluía pastillas tranquilizantes que se vuelven una adicción para ella. Más tarde el alcohol llega a su vida. Y luego tragedias personales que la llevan a sumirse en una depresión que le dan pretexto para hundirse. Pero su entorno ayuda a que acepte que tiene un problema y su inteligencia le hace tomar el camino que es mejor para ella. La lección es que en el camino no todo serán sol y rosas, sino que también hay momentos de oscuridad que hay que experimentar y saber sobrepasar.

5
Amistad
Beth convierte a sus enemigos de juego en amigos de la vida. Aún en la competitividad, todos respetan las capacidades de todos y hay una admiración recíproca. El camino al éxito solo es posible con alianzas positivas.

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Bonus: La serie también nos enseñó tiradas clásicas del ajedrez como el pastor, el enroque y, por supuesto, el gambito de dama. Es de celebrarse que la venta de tableros de este juego estén en aumento gracias a la miniserie. Un juego que es más que un divertimento y que, como la trama de Gambito de dama, esta lleno de lecciones de vida y de inteligencia emocional. (Por cierto, puedes jugar ajedrez “con Beth” en chess.com)

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