Naciones Unidas mide cada año la riqueza de los países. El Informe del Índice de Desarrollo Humano de 2020 analizó el impacto del hombre sobre la planeta.
La ONU mide cada año la riqueza de los países. En 2020, el conocido Informe del Índice de Desarrollo Humano (IDH) hizo un análisis del impacto del hombre sobre la naturaleza. Esta nueva variable afecta directamente el ranking.
Los más desarrollados, según los parámetros de condiciones de vida y acceso a la salud y a la educación, retroceden lugares si se tiene en cuenta el daño medioambiental causado para mantener su nivel de prosperidad. Por ejemplo, México ocupa el número 74 de la lista.
Así, Noruega encabeza la lista del país más desarrollado del planeta, pero si se tiene en cuenta su huella de consumo y sus emisiones de CO2, el país nórdico se ubica en la posición 15. Y así ocurre con los otros países que siguen a Noruega. Islandia baja 26 puestos, Australia 72 y Estados Unidos 44. Las naciones que más dañan la Tierra son Singapur (desciende 92 lugares) y Luxemburgo (baja 131 escalones).
Esto quiere decir que los ricos viven bien a costa de su impacto en el medio ambiente. Y que los pobres avanzan tramos en su posición de desarrollo porque no contaminan tanto como los más desarrollados.
Prosperidad a la baja
Los expertos alertan a los líderes mundiales de que pongan un alto a la presión de la humanidad sobre la tierra: “El poder que ejercemos los humanos sobre el planeta no tiene precedentes”, señala.
Y continúa: “Frente al COVID-19, temperaturas que rompen registros históricos, y una desigualdad que se reproduce, ha llegado la hora de utilizar ese poder para redefinir lo que entendemos como progreso, de manera que nuestras huellas de carbono y de consumo dejen de permanecer ocultas”, afirma Achim Steiner, administrador del PNUD, organismo de la ONU que estudia el desarrollo humano.
“Tal y como revela este informe sobre el deterioro de la naturaleza, ningún país en todo el mundo ha logrado alcanzar un desarrollo humano muy alto sin ejercer una presión desestabilizadora sobre el planeta. Sin embargo, podemos ser la primera generación en corregir el rumbo. Esa es la próxima frontera del desarrollo humano”, añade el administrador del organismo de la ONU que analiza el impacto del hombre en la naturaleza.
Como la comunidad científica, aseguran que estamos inaugurando una nueva era ecológica, el Antropoceno, que se caracteriza por el impacto del hombre sobre la naturaleza. A esta era alude el título del estudio, “La próxima frontera: desarrollo humano y el Antropoceno”.
Costa Rica y Panamá: países con menos impacto del hombre en la naturaleza en 2020
El Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias (PHDI, por sus siglas en inglés) saca a la luz un nuevo panorama mundial con una perspectiva menos idílica y más sincera sobre el progreso humano.
Por ejemplo, más de 50 países abandonan el grupo de desarrollo humano muy alto, como reflejo de su dependencia de los combustibles fósiles y su huella material.
Pero también hay países que son un modelo a seguir. Costa Rica, Moldavia y Panamá suben al menos 30 puestos, mostrando que es posible reducir la presión sobre el planeta. En el caso del país centroamericano, ocupa la posición 62 de 189 en el IDH, pero asciende 37 posiciones si se tiene en cuenta su nivel de emisiones y la huella ecológica de su consumo. “Costa Rica ya ha aprovechado la energía hidroeléctrica y ha descarbonizado en gran medida la producción de electricidad”, aplauden en el estudio realizado por la ONU que mide el índice desarrollo humano.
Urge nuevo modelo de desarrollo
No cabe duda de que la próxima frontera del desarrollo humano exigirá trabajar con la naturaleza, al mismo tiempo que se transforman las normas sociales, los valores y los incentivos gubernamentales y financieros. Esta es una conclusión clara del Informe de Desarrollo Humano de la ONU sino ponemos límites al impacto sobre la naturaleza.
“La próxima frontera del desarrollo humano no debe entenderse como un dilema entre personas y el medioambiente, sino que se trata de reconocer que, hoy, el progreso humano sostenido por un crecimiento desigual y basado en el carbono es un ciclo completamente agotado”, dice Pedro Conceição, director de la oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD.
Y lo bueno es que sí hay solución. Está en nuestras manos cambiar el rumbo de la historia: “Si abordamos la desigualdad, sacamos el máximo provecho a las innovaciones y trabajamos con este informe sobre el estado de naturaleza actual, el desarrollo humano puede dar un paso transformador que ayude tanto a las personas como al planeta”.
El Informe de Desarrollo Humano de la ONU enumera algunos de esos mecanismos posibles para el cambio.
“Primero, a través de las normas sociales (como lo es el uso de bolsas de plástico. Lo segundo son los incentivos: sabemos que actualmente los precios determinan nuestras elecciones, pero no incorporan los daños al planeta. Lo tercero, hay que dejar de considerar la preservación de la naturaleza, dice el informe, como algo que limita lo que podemos hacer; sin embargo, tenemos que ver en los ecosistemas una oportunidad de continuar el desarrollo con menos presión sobre el planeta”, resumió Conceição.
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