Aunque cada vacuna tiene un grado de efectividad diferente, armar una guerra sobre cuál de ellas es mejor delata un privilegio del que tenemos que hablar.
Una de las discusiones más comunes este año es aquella sobre las vacunas contra el Covid-19. En parte por la novedad y en parte por la desconfianza hacia ellas, nos hemos visto envueltos en una guerra qué vacunas son mejores.
Y aunque ciertamente hay pruebas científicas de que cada una tiene un grado de efectividad diferente, la verdad es que hemos llevado la discusión demasiado lejos. En un editorial de The Guardian, el diario británico comparaba esta guerra de vacunas con la de Harry Potter: Griffindor vs. Slytherine. Hufflepuff vs. Revenclaw.
Pero la realidad es mucho más complicada y peligrosa. Al crear equipos a favor de una u otra vacuna, estamos generando una discusión francamente innecesaria, al menos en este momento tan incipiente de la vacunación. Y sobre eso queremos hablar en este texto.
¿Por qué debemos dejar de crear una ‘guerra’ de vacunas contra el covid-19?
En este punto del año, todos conocemos a alguien que opina: “yo sólo me vacunaré si me ofrecen la vacuna de Pfizer”. Y así, palabras más, palabras menos, todos parecen tener su vacuna favorita.
Si nos ponemos a pensarlo, pareciera que estamos en un supermercado escogiendo la verdura de la semana. Esta me gusta, esta ya se pasó, mejor voy a otra tienda. Pasamos de no tener una sola vacuna a darnos el lujo de escoger cuál sí queremos y cuál no queremos.
Sobre esto, vale la pena entrar en varias consideraciones. La primera de ellas: la mejor vacuna es aquella que está a nuestro alcance. En un momento de riesgo de contagio todavía muy alto, es preferible tener una vacuna (la que sea) que seguir desprotegidos.
La segunda consideración que debemos hacer es, más bien, una reflexión sobre nuestros privilegios. Hay países enteros que no han recibido una sola vacuna, debido a que la producción es muy limitada o debido a que dichos países no cuentan con recursos suficientes para la compra de vacunas.
En ese escenario, hay personas discutiendo qué vacuna les gusta más, mientras millones de personas siguen muriendo por falta de vacunas. Es duro decirlo, pero es necesario.
Una tercera consideración es que, al crear equipos a favor y en contra (“team Pfizer”, “team Astra Zeneca”), involuntariamente estamos desinformando a la población y llevándola a tomar decisiones erróneas.
Una cosa es investigar los pros y contras de las vacunas y otra es desincentivar su uso, sólo porque “la otra es mejor”. Al decirlo así, posiblemente estamos haciendo que una persona que estaba a punto de vacunarse decida no hacerlo. Y todo por influencia de nuestros comentarios.
Ante la incertidumbre, elige vacunarte
Por todo lo anterior, quienes tienen acceso a una vacuna debería sentirse privilegiados. Sí, seguramente habrá mejores vacunas en el futuro, pero por ahora tenemos una excelente opción de protegernos y de proteger a las personas cercanas.
Tal vez la vacuna que te asignarán llegado el momento no es la que habías leído que era “la mejor”, pero nuestro consejo es: tómala. Vacunarte es un lujo cuando hay países como Italia o India luchando por ellas.
Si eres de los que se asume como “team Pfizer” o “team AstraZeneca”, posiblemente no lo dices de mala fe. Pero ahora que eres consciente de esta mala práctica, invita a otras personas a reflexionar sobre lo incorrecto de esta guerra innecesaria de vacunas.
Nuestra intención con este texto no es regañar ni exhibir a nadie, solo crear conciencia sobre la importancia de luchar contra el Covid-19 y sus efectos en el mundo entero.
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