La mayoría de los tigres en cautiverio se encuentran en casas particulares o en centros de espectáculos. Y sólo 6% está en zoológicos.
Estados Unidos tiene un gran problema: el uso de tigres como mascotas. Según datos de la World Wildlife Fund (WWF) estima que cerca de 5 mil tigres viven en cautiverio en el país, en contraste con los 3,900 tigres salvajes que quedan en el mundo.
Por supuesto, no todos esos tigres están en casas: algunos están en parques temáticos o son utilizados como parte de shows. Sólo 6% de ellos está en zoológicos autorizados.
Varios defensores de los animales han criticado durante mucho tiempo la propiedad privada de tigres y otros grandes felinos, a la que califican como imprudente e inhumana.
“Muchos de estos propietarios privados de tigres no están debidamente entrenados para cuidar a animales salvajes, lo que hace que los animales queden vulnerables al maltrato y la explotación”, dice el sitio de WWF.
A menudo, los circos, parques temáticos y otros sitios que utilizan tigres como entretenimiento permiten el contacto del público con los animales, incluso sesiones de fotos y momentos de juego con cachorros de tigre, lo que los pone en un riesgo aún mayor.
Hace apenas unas semanas, en Houston la policía paralizó la ciudad en busca de un tigre que escapó de la casa de uno de los residentes de un vecindario en la ciudad.
Esto reveló la falta de leyes que restrinjan tener animales exóticos en Estados Unidos, algo que la Defensoría de Derechos Animales ha estado empujando por muchos años, sin que se logre homologar esta ley a nivel nacional.
Por ahora, sólo 20 estados prohíben la propiedad privada de animales exóticos, como lo son tigres o leones. Otros estados exigen que los residentes obtengan un permiso para poseer esos animales.
Tigres en cautiverio, un problema que Estados Unidos debe resolver
No han sido pocas las veces que vemos en las noticias imágenes de tigres y otros animales salvajes escapando de casas, principalmente en Estados Unidos. De hecho, ha habido cerca de 800 incidentes relacionados con felinos exóticos en cautiverio desde 1990, según datos de la asociación Big Cat Rescue.
En 2011, el propietario de una reserva de animales salvajes en Zanesville, Ohio, soltó a decenas de tigres, leones, osos y otros animales de gran tamaño, que vagaron por los bosques y vecindarios cercanos.
Lo que siguió fue una noche de terror y caos en la que las autoridades dispararon y mataron a 49 de los animales para proteger a los residentes cercanos. En ese total estaban incluidos 18 tigres y 17 leones.
Como resultado de lo sucedido, Ohio aprobó una ley que prohíbe poseer en cautiverio doméstico o con fines de entretenimiento a animales salvajes peligrosos, como los tigres.
En diciembre de 2020, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de Ley de Seguridad Pública de los Grandes Felinos, que busca impedir que personas sin licencia tengan tigres, leones, jaguares y otros animales salvajes.
La ley se presentó después del estreno de Tiger King, la serie documental de Netflix sobre un cuidador de grandes felinos en Oklahoma.
A pesar de ello, los problemas siguen en otros estados donde las regulaciones son más laxas. Es el caso de Texas, donde recientemente, en febrero de 2021, las autoridades rescataron a un tigre durante una tormenta de nieve cerca de San Antonio.
La tigre Elsa (nombrada así por el personaje de la película de Disney) llevaba un arnés cuando la encontraron, signo de que estaba en casa de alguna persona y no en un zoológico.
¿Qué pasa en otras partes del mundo?
Al igual que suecede con los tigres en cautiverios ilegales, otras especies en peligro de extinción suelen ser utilizadas como mascotas cuando debieran estar en santuarios de conservación.
Desde aves exóticas hasta peces o tiburones, algunas personas creen que es buena idea tener a estos animales salvajes decorando sus salas, como si se tratara de un accesorio.
Así, es común que en algunos vecindarios de países latinoamericanos se escuchen noticias de personas que tienen tigres o leones en cautiverio en sus patios. Lo mismo en zonas de medio oriente, donde el maltrato animal también es cosa de todos los días.
Utilizar animales como signo de poder económico sólo denota una falta de sensibilidad hacia la naturaleza misma. Y mientras las personas no comprendan esto, es responsabilidad de las autoridades poner freno a esta situación de explotación y maltrato.
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