Si cada vez que te sientes estresado o ansioso tienes ganas de comer todo lo que hay en la alacena, esto te interesa.
Muchos de nosotros, cuando nos enfrentamos a un momento de estrés, lo único que nuestro cuerpo y mente nos pide es comida.
Pero no una comida saludable rica en verduras o fibra, sino comida chatarra: papas, chocolates, dulces, pan, etc.
Pero ¿por qué nuestro cuerpo nos pide chatarra cada vez que nos estresamos? ¿Será una forma de relajarnos?
Los científicos encontraron la respuesta a esto y es más complejo de lo que pensamos.
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La relación del estrés y la comida chatarra
Siempre se ha creído que comer comida chatarra nos hace sentir aliviados ante un momento de estrés, sin embargo esta idea es un poco errónea.
Y es que el estrés, cuando se presenta por un tiempo prolongado, es capaz de “apagar” la sensación de saciedad y nos indica que tenemos hambre todo el tiempo. Sí, así como lo lees.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Neuron, las personas solemos crear una relación entre el estrés y la elección de comida hipercalórica.
Es decir, acostumbramos a nuestro cuerpo a buscar comida chatarra cada vez que nos sentimos presionados y entonces nuestro cerebro cree que siempre debe ser así.
Aunado esto, el estrés evita que nuestra sensación de saciedad se bloquee y, como consecuencia, que todo el tiempo tengamos hambre, pero de comida chatarra.
En un estudio con ratones se observó que el estrés “bloquea” la sensación de saciedad en el cerebro.
El ensayo se realizó en dos grupos de ratones con la misma dieta. Uno grupo era sometido a estrés crónico y el otro grupo vivía tranquilo.
El grupo que fue sometido a estrés comió mucho más y subió de peso en comparación con el otro grupo.
“Nuestros hallazgos revelan que el estrés puede anular una respuesta natural del cerebro, que disminuye el placer obtenido al comer, lo que significa que éste es recompensado continuamente por comer”.
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