El doctor Francisco Suárez Hernández analiza puntualmente la relación entre los desastres meteorológicos que vivimos actualmente y el cambio climático.
Es increíble que después de tantos datos contundentes, existen todavía líderes de diferentes sectores que no han aceptado la relación que conservan el cambio climático y el número de desastres meteorológicos que golpean al mundo. Estas afectaciones se han quintuplicado en los últimos 40 o 50 años, según datos de la Organización Meteorológica Mundial.
En México, estamos enfrentando una temporada muy fuerte de huracanes que ha impactado a gran parte del país. El más reciente, Nora, dejó daños cuantiosos en uno de nuestros principales centros turísticos, Puerto Vallarta. En Estados Unidos, en las últimas semanas, también el huracán Ida golpeó con gran intensidad al estado de Luisiana, siendo categoría 4. Con vientos arriba de 150 mph arrancó techos de edificios y hogares. Logró vencer una pared de agua lo suficientemente poderosa como para sacar casas de los cimientos. Y volar lanchas y barcos de tamaño medio, de sus amarres en puerto.
El cambio climático toma relevancia, entonces, en estos desastres meteorológicos debido a la modificación de temperaturas en el océano. El calor en las aguas del mar es energía, y al hacer frente aguas frías con calientes provocan que los huracanes cobren mayor potencia y se desplacen con más velocidad, generando marejadas ciclónicas enormes.
Si la temperatura aumenta, más desastres naturales habrá
En otras palabras, a medida que el planeta aumenta su temperatura es probable que ocurran huracanes más intensos, que pongan en riesgo a cientos de poblaciones.
Los huracanes como Ida son muy peligrosos porque hay menos tiempo de alerta para que las personas se preparen de manera efectiva.
Para cuando el poder de la tormenta sea evidente, puede ser demasiado tarde para evacuar a la población. Incluso las zonas distantes de la costa corren el riesgo de sufrir inundaciones. El reciente informe del estado de la ciencia de la ONU sobre el cambio climático concluyó que la proporción global de ciclones que van de la categoría 3 a la 5 (que son los huracanes más intensos) ha aumentado en las últimas cuatro décadas. Esto, debido al rápido calentamiento de las temperaturas del océano.
Por cada grado adicional de calor, los científicos dicen que no solo seguirá aumentando la proporción de ciclones intensos, sino que también se pronostica que los eventos de lluvia extrema se intensificarán en aproximadamente un 7%.
Más del 90% de las muertes relacionadas con desastres meteorológicos se han producido en países en desarrollo. Las mayores causas de muerte han sido las sequías, que son responsables de 650,000 personas. Mientras que, en el otro extremo de la escala, las temperaturas extremas han cobrado alrededor de 56,000 vidas.
No todas son malas noticias, en los últimos 50 años gracias al avance de la tecnología y mejoras en los sistemas de alerta, se ha reducido el número de muertes. A pesar de tener mayor cantidad de tormentas, inundaciones y eventos climáticos.
¿Qué podemos hacer ante esta tendencia?
Se necesita mucha más cooperación internacional para abordar el problema llevando a mayor escala de personas desplazadas cada año por inundaciones, tormentas, sequías y desastres meteorológicos. Lo cual también está cambiando los patrones migratorios, con impacto mucho mayor en las economías de los países. Por esta razón, debe ser un tema prioritario de los gobiernos y sus sociedades.
Y, desde luego, se debe abordar como asunto principal en la agenda pública, pues esto permitirá detonar estrategias y acciones para la prevención de desastres naturales. Y con ello coordinar en paralelo las acciones necesarias para frenar el cambio climático.
Sobre el autor:
El Dr. Francisco Suárez Hernández es director General de AdeS para América Latina y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center. Francisco es un apasionado de la sostenibilidad y fue el primer Latino en ser Presidente del Centro Mundial del Medio Ambiente 2015-2018 (WEC). En 2020, la junta directiva de WEC votó por unanimidad para elegirlo Director Emérito, en reconocimiento a sus muchos años de servicio dedicado. En el año 2020 fue reconocido como uno de los 100 Latinos más influyentes ante la crisis climática por la Organización Sachamama.
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