Jessica González, gerente de campaña de Million Dollar Vegan, hace una interesante reflexión sobre cómo sería el mundo sin el abuso animal.
La mayoría de las personas entiende que nuestras vidas son tan importantes para nosotros, como para los animales las suyas. Pero todavía vivimos en una sociedad que trata a los y las demás animales como ‘cosas’, no como seres vivos. Es decir como ‘algo’ y no como alguien.
Para conseguir justicia para todas las especies, debemos desmontar la jerarquía que mantienen los diferentes grupos de personas y animales. Conceder derechos a los y las animales es algo vital para ellos y ellas, pero los beneficios para las personas podrían ser cruciales también.
Los y las demás animales pueden sufrir como nosotros, tienen personalidades y no desean ser lastimados. Sus derechos no deberían estar basados en la percepción humana de su inteligencia y valor. Nuestros prejuicios no deberían importar cuando se trata de sus derechos. No son nuestros para que les dañemos y abusemos de ellos solo porque ‘podemos‘.
Los animales merecen respeto
Durante mucho tiempo, hemos tratado a los animales como propiedades, no como seres. Y mucho de nuestro estilo de vida se ha basado en hacer con ellos lo que queramos. Mientras nos movemos cada vez más hacia unos pocos derechos para algunos animales, es maravilloso imaginar cómo sería el mundo si los animales tuvieran al alcance todos sus derechos legales.
Dado el caso, no podríamos comérnoslos, criarlos por la leche o confinarlos por los huevos. La industria ganadera desaparecería, los mataderos cerrarían y todas las personas seríamos veganas.
Si los animales tuvieran los derechos que se merecen, no podríamos comerlos, no podríamos vestir con sus pieles, los circos exhibirían lo mejor de sus talentos humanos. No habría tigres forzados a pasar por aros de fuego u otros animales haciendo bailes; los zoológicos tendrían que cerrar al público porque los animales no están aquí para entretenernos.
No iríamos a carreras de caballos o peleas de perros, ni tampoco a rodeos o corridas de toros. No veríamos animales en películas o anuncios, disfrazados y explotados, no nos tomaríamos fotos con animales salvajes y no causaríamos sufrimiento a los animales en laboratorios e insisto: ¡todos seríamos veganos!
Toda nuestra actitud y modo de vida cambiaría y nos beneficiaría de muchas maneras. La naturaleza y las personas podrían prosperar. El mundo sería más amable, más compasivo y más seguro.
El mundo sería distinto…
Hay leyes de bienestar que protegen a algunos animales en algunas circunstancias contra cierto tratamiento, pero no son universales. Y con frecuencia, no se hacen cumplir. Hay mucho trabajo qué hacer, pero es una lucha que, cuando se gane, nos liberará a todos.
Para todas las personas que deseen conocer más acerca de la historia de los derechos de los animales les dejo algunos libros que vale la pena leer:
- Liberación Animal, de Peter Singer
- En defensa de los Derechos Animales, de Tom Regan
- La Política Sexual de la Carne, de Carol J Adam
- Derechos Animales: El Enfoque Abolicionista, de Gary L Francione
Sobre la autora
Jessica González Castro, autora de esta columna, es gerente de campaña en Generación Vegana (Gen V) en México. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Es fundadora del primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal. Fundadora de Cocinar para Liberar, un proyecto que se encarga de que más negocios y hoteles tengan opciones a base de plantas en sus menús. Feminista Interseccional.
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