La duda: ¿tener hijos afecta el medio ambiente? Pilar Marroquín reflexiona sobre este tema que muchos hemos pensado pero nunca realmente analizado.
Desde hace varias décadas, la ansiedad del cambio climático ha reestructurado la planeación familiar alrededor del mundo. Hacer planes a futuro se ha vuelto particularmente retador. En Estados Unidos, una de cada tres mujeres de entre 18 y 29 años cree que las preocupaciones ambientales serán un factor clave para decidir si tener hijos o no.
A nivel internacional, cada vez más parejas sienten que no es buena idea traer a un nuevo humano a este planeta. El cual se encuentra al borde de un colapso ambiental.
Más allá de la preocupación sobre la seguridad que podrían tener los hijos durante los próximos años en un mundo severamente afectado por el cambio climático, el verdadero dilema consiste en preguntarse si tener hijos es poco ético por el impacto que ellos mismos tendrán en la salud del planeta.
¿Es realmente ético tener hijos frente a la inminente crisis que enfrenta nuestro planeta?
La respuesta a esta pregunta es absolutamente personal. Personalidades como Meghan Markle y el príncipe Harry han declarado que únicamente tendrán dos hijos para no agregar más personas al planeta. La legisladora estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez también ha levantado públicamente la pregunta de la moralidad reproductiva frente al cambio climático.
Las Naciones Unidas aseguran que decidir sobre el número de hijos que queremos traer a este mundo es un derecho humano, aunque lamentablemente esta decisión suele ser un privilegio. El poder de decisión sobre tener hijos depende de muchos factores de estabilidad económica. Tal es el acceso a contraceptivos y a la educación sexual, al aborto seguro y a un sistema de salud digno.
Respecto del tema de tener hijos, cabe mencionar que un niño creciendo en un entorno rural no contamina lo mismo que los que crecen en urbes. Y que el poder adquisitivo de las familias impacta proporcionalmente la huella ambiental de cada uno de sus miembros.
Existen varias maneras de medir nuestro impacto ambiental individual, a través de páginas como Foot Print Calculator. Al comparar las emisiones individuales con las de las empresas como grandes petroleras o embotelladoras —quienes son las que más contaminan a nivel global—, nos damos cuenta de que los grandes conglomerados multinacionales y las iniciativas gubernamentales son quienes realmente pueden tener un impacto en el cambio climático.
Dejar de tener hijos seguramente no salvará al planeta. Necesitamos utilizar energías limpias a nivel masivo y las acciones individuales no serán suficientes hasta que las iniciativas internacionales se alineen hacia esta dirección.
*Pilar Marroquín es periodista egresada de la Sorbona y cuenta con una maestría en emprendimiento social de la Universidad del Sur de California. Durante su carrera, ha publicado en más de una docena de medios internacionales. Actualmente lidera la empresa social Zamná.