Es normal cuestionarnos si seremos buenos padres o no. Te damos algunos consejos sobre cómo ser un buen padre o madre y dejar el miedo atrás.
Es normal que las personas sientan emociones encontradas cuando empiezan a pensar si es buena idea tener hijos. ¿Cómo ser un buen padre o una buena madre? O mejor aún: ¿cómo saber si lo seré?
De acuerdo con especialistas, es completamente normal, e incluso síntoma de una buena salud emocional, hacernos estos cuestionamientos. Significa que estamos mirándonos honestamente a nosotros mismos.
Pero en ocasiones, estas dudas se pueden convertir en auténticos miedos que pueden derivar en un pánico o terror a ser padres. Y si bien es respetable la decisión de no tener hijos, para algunas personas que sí quieren tenerlos este miedo se vuelve un problema.
Lo más recomendable en estos casos es trabajar con terapia parta dejar de lado el perfeccionismo y abordar cualquier creencia dañina sobre el mundo. Nuestros miedos y angustias pueden impedirnos disfrutar de la maternidad o de la paternidad.
Trabajar en esta liberación no es sencillo y requiere de u trabajo constante. Pero lograrlo puede ayudar a las personas a disfrutar de la paternidad y maternidad, y que aprendan cómo ser un buen padre o buena madre.
¿Cómo sé si seré un buen padre o madre?
Según el psicólogo Mark Travers, incluso las personas más estables financiera y emocionalmente se acobardan al considerar la crianza de hijos y lidiar con preguntas como “¿Qué pasa si simplemente no estoy hecho/a para tener hijos?”, “¿Qué pasa si termino transmitiéndoles mis defectos?”, “¿Mi hijo se resentirá conmigo?”, “¿Estoy haciendo esto solo por la presión social o realmente lo quiero?”.
Es natural preguntarnos cómo ser un buen padre, sentir nervios y preocuparnos; significa que te preocupas por ti y por el futuro de tus hijos o hijas. Y aunque es posible que nunca te sientas completamente “listo/a”, hay cosas con las que debes lidiar antes de traer una nueva vida a este mundo.
Para calmar esa ansiedad sobre cómo ser un buen padre o cómo ser una buena madre, el especialista sugiere hacerse tres preguntas clave para saber si seremos buenos padres o buenas madres.
1. ¿Qué tan bien me conozco? Crucial para saber cómo ser un buen padre
Es bueno conocer tus fortalezas y debilidades fisiológicas, emocionales y mentales antes de dar el paso de ser papá o mamá. No hace falta ser perfecto: solo hace falta mostrar una gran curiosidad sobre tu propia personalidad, deficiencias, méritos, etc., que podrían afectar tu crianza.
Aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte tú solo o con tu pareja: ¿Cómo proceso situaciones y sentimientos incómodos? ¿Con qué tengo dificultades? ¿Me cuesta trabajo levantarme por la mañana? ¿Tengo una cultura del ahorro o gasto innecesariamente? ¿Qué tan claros son mis límites personales?
No es necesario que descubras las respuestas a todas estas preguntas antes de convertirte en padre o madre, pero sentar las bases puede hacer que tu transición a la crianza sea mucho más sencilla.
2. ¿Estoy preparado/a para ser un buen padre y que mi vida se desordene?
Ciertas partes de nuestra personalidad pueden ser muy útiles en nuestra vida profesional, pero no son aplicables en la crianza. El perfeccionismo es uno de esos rasgos.
Si esperas la perfección en ti como padre o madre, es muy probable que esperes la perfección de tus hijos. La mala noticia es que los perfeccionistas pueden ser algunas de las personas más infelices que conocemos, susceptibles a la depresión, la ansiedad y otros problemas psicológicos.
No te preocupes, puedes aprender a aliviar el control del perfeccionismo sobre ti y tus hijos. Por ejemplo, aprende que tu valor no está en lo que haces sino en quién eres. Aprende que los errores y los fracasos son parte de la vida y pueden ser inmensamente valiosos. Y aprende a apreciar el esfuerzo y no el resultado.
3. ¿Percibo el mundo como un lugar malo o peligroso?
Es natural sentir la necesidad de preparar a tus hijos para el “mundo real”. El mundo no siempre es feliz y necesitarán enfrentar esta realidad en algún momento.
Sin embargo, sembrar en ellos las semillas de lo que los investigadores llaman una “creencia negativa en el mundo primario” diciéndoles que el mundo es un lugar oscuro e injusto puede resultar dañino para ellos.
Una investigación publicada en el Journal of Positive Psychology explica que las personas que ven el mundo como un lugar peligroso y predeterminado muestran una mayor susceptibilidad a la depresión y la ideación suicida.
Es posible que veas el mundo como un lugar oscuro porque tus padres te condicionaron a pensar de esta manera. Es común que estas creencias viajen de una generación a la siguiente a menos que alguien rompa el ciclo.
Comprender de dónde vienen tus miedos e inseguridades requiere una reflexión profunda. Es posible que incluso necesites consultar con un terapeuta para que te ayude a navegar y deconstruir la prisión en la que podrías estar viviendo. Al hacerlo, no solo te estás protegiendo de la mala salud mental, sino que también estás creando un espacio seguro para el desarrollo de tus hijos.
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