Si los antojos te dominan y a veces sientes que no puedes controlarte, puede que seas un comedor emocional. ¿Quieres saber cómo averiguarlo?
¿Estás triste y lo primero que piensas es en un pastel? ¿Tuviste un gran día y no imaginas celebrar sin una pizza? Puedes ser, entonces, un comedor emocional.
Primero que nada: ¿qué es comer emocionalmente? Se trata de comer para alimentar tus emociones, NO a tu cuerpo.
A esto también se le conoce como comer por estrés, pues muchas personas comen en respuesta a esta emoción. Esto no es solo nuestra responsabilidad, sino de un mundo entero que nos enseña que comer siempre está ligado a festejar; Navidad, Thanksgiving, Día de Muertos… todo se trata de sentarnos en la mesa y compartir alimentos.
Si le sumamos, además, la exposición constante a publicidad que nos muestra siempre a personas felices y comiendo, se convierte entonces en algo intrínseco. No obstante, el problema puede ser más complicado que decirle que no a una hamburguesa.
Un comedor emocional puede caer en atracones; es decir, comer de manera compulsiva que a largo plazo se convierte en un trastorno alimentario. Esto además de problemas de imagen corporal y baja autoestima.
¿Te suena muy alejado de tu realidad? En realidad, en tan solo Estados Unidos, casi 2,5 millones de adultos comen de manera compulsiva.
Señales de que puedes ser un comedor emocional
Hay muchos tipos de comedor emocional: algunos comen en respuesta a una emoción negativa, mientras que otros comen a raíz a una emoción positiva. Aquí, posibles signos de que puede ser uno:
1. Comes cuando te estresas
¿Tienes una entrega difícil, un examen o un problema dura y buscas comida de manera inconsciente? Puede ser que seas un comedor emocional.
2. Comes como respuesta a sus emociones
Si el enojo, la tristeza o la desesperación te hacen abrir el refri o pedir comida en una app, aguas. Sobre todo cuando se trata de alimentos “confort” como helados, pasteles, chocolates o papitas, que no tienen valor nutricional.
3. Tienes problemas para perder peso
A pesar de que siempre estás en la búsqueda de tu peso ideal y has tratado de cumplir con las ene mil dietas de moda, tienes problemas para seguir cualquier régimen. Parece que no puedes controlarte.
4. Comes para sentirte feliz
Todos amamos comer, pero cuando esta se convierte en la única forma de encontrar satisfacción y piensas en ella las 24 horas del día.
5. Nunca te sientes llenx (la principal señal de un comedor emocional)
¿No importa cuánto comas ni lo lleno que te sientas, quieres ser comiendo o al muy poco tiempo te da hambre? Esa es una señal de ser comedor emocional.
6. Tienes antojos de comida de la nada
Se te mete un antojo en la cabeza y no se te va hasta que lo cumples, incluso puede quitarte la concentración de todo lo demás.
Si después de leer esto crees que eres un comedor emocional, busca ayuda de un profesional. La terapia cognitivo conductual puede ayudarte a superar este problema, más común de lo que crees.
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