¿Coincidencia o intervención divina? Más allá de la pregunta, hechos como este nos hacen creer que todavía existe bondad en la humanidad. Esta historia lo corrobora.
Tim Letts es un veterano del ejército de Estados Unidos que se dedicó a ser chofer de Uber durante muchos años. Él vive en New Jersey y desde que regresó del ejército siempre ha tratado de generar algún bien a su alrededor
Pues durante los años en los que se desempeñó como chofer de Uber, Tim conoció a un singular personaje al que terminó donándole su riñón. Y claramente hizo todo lo posible para ayudar a un hombre que lo necesitaba encarecidamente.
¿Quién recibió el trasplante de riñón?
Bill Sumiel (73), desarrolló diabetes hace unos 20 o 30 años y sufrió insuficiencia renal en sus últimos años. Por lo que la pasó bastante mal y sus idas y venidas al hospital lo dirigían a que tarde o temprano necesitaría un trasplante de riñón.
Según informes de noticias locales, los médicos le dijeron que necesitaba un trasplante de riñón y que debería estar buscando activamente un riñón en lugar de esperar en la lista de trasplantes. Ya que como bien sabemos la espera para recibir un órgano, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, puede durar años.
Hasta aquí todo era un poco desolador. Un día, Sumiel necesitaba volver a casa de su tratamiento habitual en el centro de diálisis. Entonces, el residente de Nueva Jersey llamó a un Uber y se encontró con su conductor Tim Letts, en el centro de la ciudad.
¡Los milagros sí existen!
Mientras encontraba la ubicación, Letts se percató que el punto de recogida de Sumiel estaba más lejos de donde le indicaba la aplicación, y prefirió ir a recogerlo.
Cuando Letts recogió a Bill en el centro de diálisis, los dos hombres conversaron durante el viaje. De la vida, de la familia, de su etapa como militar, en fin… la plática se tornó mucho más personal y Bill le explicó el problema de salud por el que atravesaba.
Al final del viaje, el chofer de Uber le dijo a Bill que Dios lo puso en su automóvil ese día y finalmente desinteresadamente le ofreció su riñón.
Fue demasiada coincidencia para Sumiel, quien dice que fue una intervención divina colocar a los dos en el mismo auto, justo cuando más lo necesitaba.
Un año después de la cirugía, Sumiel se siente muy bien y se está rehabilitando en el Centro Renal de la Universidad de Delaware, en New Jersey.
Actualmente Tim vive en Alemania y sigue en contacto con su ahora mejor amigo Sumiel, la persona que recuperó su vida gracias al destino y a un alma bondadosa.
No cabe duda de que los milagros y los actos divinos, ¡sí existen!
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