Si piensas que un adolescente no escucha a sus padres por maleducado, estás en un error, existe evidencia científica de por qué se comportan así.
Si eres papá y alguna vez sientes que tus hijos adolescentes no te escuchan, no lo tomes personal. Hay una razón científica detrás de su audición selectiva.
Según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de Stanford, alrededor de los 13 años, los cerebros de los niños no encuentran gratificantes las voces de sus madres y comienzan a sintonizar más con voces desconocidas.
La investigación, que se publicó en Journal of Neuroscience, utilizó escáneres cerebrales para dar la primera explicación neurobiológica detallada de cómo los niños comienzan a alejarse de sus padres cuando entran en la adolescencia.
Cerebro de adolescentes reconoce más las voces desconocidas
Los investigadores grabaron a las madres de los niños diciendo tres palabras sin sentido, así como a dos mujeres desconocidas que dijeron las mismas tres palabras. Los niños pudieron identificar correctamente las voces de sus madres el 97% de las veces, luego fueron colocados en un escáner de resonancia magnética donde escucharon las grabaciones de voz nuevamente.
Descubrieron, entonces, que entre los adolescentes, todas las voces provocaban una mayor activación cerebral en comparación con los niños más pequeños.
Esto no significa que los adolescentes se desconecten deliberadamente de las voces de sus madres, sino que su cerebro se vuelve más receptivo a todas las voces a medida que maduran. Dicho esto, los circuitos de recompensa y los centros cerebrales que dan prioridad a los estímulos importantes en la mente de los chicos se activan más con voces desconocidas que con las de sus madres.
Probarán el estudio en niños con autismo
Esta no es la primera vez que los investigadores de Stanford exploran la relación entre los cerebros de los adolescentes y las voces de sus madres. Investigaciones anteriores publicadas en 2016 encontraron que los niños menores de 12 años pueden identificar las voces de sus figuras maternas con gran precisión.
También se dieron cuenta de que el sonido activa las áreas de procesamiento auditivo del cerebro, así como muchas áreas que no responden a voces desconocidas, como los centros de recompensa, las regiones de procesamiento emocional y los centros de procesamiento visual.
Los investigadores dicen que el nuevo estudio los ayudará a comprender qué sucede en el cerebro de los niños con autismo, por ejemplo. Y otros padecimientos que afectan la forma en que escuchan voces y reciben algunos estímulos sociales.
¡Interesantísimo!
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