La noticia sobre la interrupción en los ensayos de la vacuna desarollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford ha corrido como la pólvora.
La noticia sobre la interrupción en los ensayos de la vacuna desarollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford (que apenas hacía unos días se había anunciado su producción masiva) ha corrido como la pólvora. No son pocos los que tenían todas sus esperanzas en el equipo de Sarah Gilbert.
Pero lejos de ser un revés para la ciencia, es una garantía de que ambos equipos están siguiendo los estrictos protocolos que engloban hacer una vacuna de esta envergadura.
Si bien la frase fue contundente: “un voluntario que recibió una dosis presentó una reacción grave“. Todavía no se sabe si esa reacción se debe a la vacuna ya que los ensayos clínicos se hacen por el método ciego.
Pero… ¿esto qué significa? Muy sencillo, no todos los participantes en el estudio reciben la vacuna. Hay participantes que reciben placebo y ni los mismos científicos deben saber qué recibe cada voluntario para no condicionar los resultados.
De hecho, el portavoz de la Universidad de Oxford señaló que, “en los ensayos grandes, los malestares sucederán por casualidad, pero deben revisarse de forma independiente para verificar esto con cuidado“.
Lo que sí se sabe es que este paciente ha tenido un tipo de mielitis, pero ahora toca averiguar si fue la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 la causante de esta reacción.
“Es un único caso y a priori es improbable, pero ante la duda toca parar el ensayo y verificar todo esto“, explica en sus redes la química y divulgadora científica Deborah García Bello.
García Bello también señala que este tipo de situaciones ocurren con frecuencia en los ensayos clínicos y precisamente ese es el objeto de dichos ensayos. “Así es cómo se evalúa la seguridad y la eficacia de la vacuna. Así nos aseguramos de que al mercado solo lleguen cosas que cumplen“, añade.
Quizás no habrá vacuna de AstraZeneca en diciembre
Aunque no son pocos los políticos de diversos países que han señalado una fecha para la vacuna, la ciencia nos demuestra que no está sujeta al capricho de los dirigentes.
Diversas instituciones médicas se ha llamado a la calma ya que es imprudente hablar de una fecha real. Bien es cierto que esta vacuna se encuentra en la última fase, pero no por ello se deben apresurar los tiempos.
Por ello, debemos seguir confiando en la ciencia y, mientras tanto, seguir manteniendo las medidas de protección determinadas por la OMS.