Nuevos estudios han encontrado que, tanto humanos como animales, podemos sentir empatía. ¡Y no sólo eso! Entre ellos mismos logran tener sentimientos.
La empatía es la capacidad de percibir los pensamientos, intenciones y emociones de otras personas. Por muchos años se pensó que los animales no podían llegar a este nivel de entendimiento. Pero hoy se sabe que incluso las mascotas pueden sentir empatía hacia nosotros y hacia otros animales.
En los últimos años, se han realizado estudios neuro-científicos para identificar los circuitos neuronales de la empatía en monos y ratones. Al mostrarles imágenes de otros animales en ciertas situaciones de dolor o de alegría, se descubrió que en sus cerebros se activaban los mismos circuitos correspondientes a las emociones de dolor o alegría.
Dicho de otra forma, es como si los monos y roedores estuvieran sintiendo exactamente lo mismo que los animales de las fotografías. Lo cual demostró que no sólo el ser humano es capaz de sentir empatía.
Sin embargo, los neurocientíficos indican que falta confirmar que los animales sean plenamente conscientes de lo que estas emociones significan. Porque una cosa es que en sus cerebros se enciendan las zonas asociadas a la empatía. Y otra la forma en la que ellos lo entienden.
Así funciona la empatía en animales
Recientemente, el Instituto Neerlandés de Neurociencia en Ámsterdam compartió los resultados de un estudio similar realizado en ratones.
Se encontró que, cuando un ratón recibía un golpe en la pata, otro ratón observante tendía a reaccionar paralizándose. Esto se llama “modelo de contagio emocional empático”, según el cual cuando un individuo presencie dolor o miedo en otro animal, se comportará de manera similar.
La explicación está en una región de la corteza prefrontal: la región cortical cingulada anterior izquierda (ACC). En palabras más simples, es la región donde se encuentran las “neuronas espejo” emocionales.
Y pasa también entre nosotros: hacemos una mueca de dolor cuando vemos a otra persona tropezarse y pegarse en la rodilla. Esto sucede porque nuestra corteza prefrontal da rienda suelta a esa experiencia compartida.
En resumen, hoy tenemos datos suficientes que comprueban que los mismos circuitos cerebrales responsables de la empatía en los humanos se comparten con animales. Desde ratones hasta monos (y probablemente también tus gatos y perritos).
El amor todo lo puede, incluso en tus mascotas
Dicho lo anterior, debemos reconocer algunas variables que afectan el nivel de empatía en animales y en humanos. Y la principal variable es la oxitocina, también llamada “neurona del amor”.
La producción de oxitocina está involucrada en la reproducción, el nacimiento, la vinculación de los padres con la descendencia. Y una amplia gama de poderosas conductas de vinculación social.
Cuando tu perro te mira a los ojos con ‘amor’, los niveles de oxitocina aumentan tanto en tu mascota como en tu cerebro. Esto según investigadores japoneses que publicaron sus hallazgos en un artículo de 2015 de la revista Science.
En estudios con monos, al inyectárseles oxitocina en la amígdala se encontró que aumentaba su comportamiento empático. Estos estudios en animales abren la posibilidad de utilizar fármacos de oxitocina de forma terapéutica para tratar el comportamiento antisocial.
Ahora ya lo sabes: cada vez que sientas que tu perro comprende tu tristeza o tu alegría, no estás alucinando. Quiere decir que es capaz de entenderte y de compartir contigo incluso esos momentos más dolorosos.
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