No hay forma de comprobar que lo que vemos, escuchamos o sentimos realmente existe. Para estos científicos, esta es una forma más de las alucinaciones.
La palabra “alucinación” suele vincularse a enfermedades mentales o al consumo de ciertas sustancias. Pero, ¿qué pensarías si te decimos que todos tenemos alucinaciones de una u otra forma y que esto afecta la manera en que percibimos nuestro entorno?
El neurocientífico británico Anil Seth considera que nuestra vida consciente está dominada por percepciones conscientes y estas tienen el carácter de que lo que experimentamos, lo experimentamos como si realmente estuviese allí.
Sin embargo, toda percepción del mundo es producto de una alucinación de la mente. ¿Cómo saberlo? Es sencillo. Mira a tu alrededor, probablemente ves colores y objetos que puedes nombrar como una silla roja, una mesa azul, etc.
El problema es que no hay forma de asegurar que esa silla sea en verdad roja ni que esa mesa sea en verdad azul. La percepción de las formas y los colores son, efectivamente, una alucinación de la mente, pues son algo que solo las personas pueden ver, pero que no tienen forma de comprobarse en un plano de lo real.
Y sí, esta idea puede causar un poco de vértigo, pero no nos abrumemos. Aunque todo lo que vemos es, justamente, producto de una alucinación, existen ciertos conceptos e ideas colectivas que nos permiten ir creando una idea de realidad.
¿Qué son las alucinaciones?
Comencemos por definir que una alucinación es cuando nuestros sentidos perciben cosas que no están en el entorno, o bien, que no las percibimos de la manera correcta.
Pero si nos apegamos a la teoría de Anil Seth (y que comparten muchos otros científicos), ¿cuál es la manera correcta de percibir las cosas? La verdad es que no hay tal cosa. Sin embargo, sí hay un consenso al respecto: si la mayoría puede ver u oír algo, se tomará como “lo real”.
Cuando percibimos las cosas fuera de “lo real”, se dice que tenemos una alucinación de tipo psiquiátrico o psicodélico.
Lo que propone Anil Seth es que incluso “lo real” (lo que el colectivo percibe y la forma en que lo percibe) también es producto de alucinaciones, aunque de otro tipo.
Las alucinaciones a las que se refiere este investigador son más de origen filosófico. Si alguien nos dice que hay un gato dentro de una caja frente a nosotros, tenderemos a imaginar el gato ahí, aunque no podamos verlo.
Nuestra realidad está constantemente moldeada por pensamientos e ideas que no existen en el plano real. Otro ejemplo es cuando estamos en el trabajo y nos ponemos a pensar en lo que está haciendo nuestro perro, solo, en casa. No tenemos forma de comprobarlo, pero la mente lo toma como cierto.
¿Qué es verdad y qué es mentira? El eterno juego de la mente
En palabras del mismo neurocientífico, “lo que llamamos ‘realidad’ son alucinaciones que asumimos como reales porque todos tendemos a percibirlas de la misma manera“.
Prueba de ello es que el cerebro está constantemente tratando de dar sentido a lo que ve y descifrar el mundo de allá afuera, pues esto demuestra que el cerebro no tiene un acceso directo a lo que llamamos “realidad”.
En ese sentido, el cerebro toma las señales sensoriales del mundo y las combina con experiencias previas para darle sentido al funcionamiento del mundo. Y esto, estrictamente hablando, es alucinar.
Cuando las alucinaciones de muchas personas coinciden, llegamos al acuerdo de que dichas cosas son reales.
Pero, entonces, ¿qué pasa con las percepciones de quienes no coinciden con la mayoría? ¿Significa que hay múltiples realidades, según la percepción de cada persona?
He ahí varias preguntas mucho más profundas para las cuales ni la ciencia ni la filosofía nos han dado una respuesta convincente.
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