La efectividad de Zoom ha sido expuesta por la ciencia: las sesiones de trabajo merman la participación de los usuarios y por lo tanto ya no es productivo.
Decimos Zoom pero puede ser cualquier otra plataforma. El punto es el mismo: todas y todos estamos hartos de las videollamadas. Y ahora un estudio nos dice el porqué detrás de este odio irracional: tener juntas por Zoom no es productivo y nos hacen menos inteligentes.
Los investigadores de la Universidad Carnegie Mellon estudiaron la efectividad de la colaboración y los esfuerzos grupales en las llamadas de audio y video, y se sorprendieron con sus propios hallazgos: las videoconferencias obstaculizaron la colaboración grupal y la resolución de problemas.
“Descubrimos que las videoconferencias pueden reducir la inteligencia colectiva”, dice la coautora Anita Williams Woolley, profesora asociada de comportamiento y teoría organizacional en la Escuela de Negocios Tepper de Carnegie Mellon.
Para este estudio, se analizó la productividad en 99 sesiones de Zoom en pareja, en la que cada una debía completar seis tareas. Los investigadores encontraron que las señales de audio son fundamentales para el éxito de cumplir con una tarea, más que las señales faciales.
Al rastrear las señales faciales y del habla (entonación, tono, ritmo), los investigadores vieron que el video puede reducir la sincronía de las señales de audio, y esto hace que muchas personas desistan de siquiera intentar dar su opinión.
Zoom, y las videollamadas en general, alteran la sincronía vocal y nos llevan a una participación más desigual. Dicho de otra forma, hablar por Zoom no es productivo, además de que merma nuestra capacidad de comunicarnos. Por último, disminuye la inteligencia colectiva.
No obstante, hay que aclarar que este estudio mide únicamente las reuniones de trabajo, no reuniones personales como charlas entre amigos, fiestas virtuales o incluso consultas médicas.
Si Zoom no es productivo, ¿por qué lo seguimos utilizando?
La gente que tiene ya un año trabajando a distancia es la que más está sufriendo los efectos de las videollamadas. No permiten la concentración, nos cansan y no sustituyen realmente la interacción cara a cara.
Actualmente, Zoom tiene 300 millones de usuarios, un crecimiento exponencial si tomamos en cuenta que en 2019 tenía sólo 10 millones de usuarios.
Sin embargo, la pregunta sobre si Zoom es o no productivo ha sido resuelta, y esto podría llevar a las empresas a replantear sus canales de comunicación.
Es posible que más de una compañía decida por fin terminar con la tortura masiva llamada Zoom (claro, cuando finalice su suscripción anual).
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