Organizar bien tu refri, quizás, no fue nunca una prioridad hasta que llegó la pandemia y ese fue el lugar que más visitaste.
Organizar bien tu refri, quizás, no fue nunca una prioridad hasta que llegó la pandemia y ese fue el lugar que más visitaste. De hecho, ni la japonesa Marie Kondo le mostró atención en sus libros o episodios sobre el orden.
Lo primero que debes tener en cuenta es que el refri tiene zonas más y menos frías. Con esto en mente, entenderás por qué la colocación de nuestros alimentos no debe dejarse al azar.
Una vez que ya hayas hecho limpieza —sí, debes examinar muy bien que hay dentro de tu refri y decidir qué se queda y que se va—, es tiempo de organizar bien tu refri y colocar. Empezar por la puerta es lo más sencillo. Al ser la zona menos fría de todas, ahí deben ir huevos, mantequillas, bebidas y salsas.
Lo más difícil: entender las temperaturas antes de organizar tu refri
Después, es momento de dividir el espacio en tres (superior, media e inferior) y entender las temperaturas. Arriba deben ir todos los alimentos que debes consumir ya o empaques que has abierto y necesitan una buena refrigeración para mantenerse en un estado óptimo. Esta es la zona perfecta para fruta cortada, embutidos, cremas, patés, carne, pescados…
En el medio deben reinar los lácteos como los quesos, yogures o la leche si no has decidido que esta última va en la puerta. También es el lugar perfecto para los recipientes con las sobras de comida. Estos últimos no los metas calientes por nada del mundo, descompensarás la temperatura del refri y el aparato deberá consumir mucha electricidad para regresar a un clima adecuado.
La zona baja suele incluir cajones y éstos son perfectos para la fruta y la verdura, pero ojo, no la mezcles. Además, lo mejor es que le quites cualquier plástico y lo sustituyas por alguna tela. De esta manera, tus frutas o verduras transpirarán mejor.
Y… ¡listo! tu refri ahora luce como de película.
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