El té de kombucha es el nuevo alimento con superpoderes que empieza a colarse en los hábitos de quienes cultivan la salud.
El té de kombucha es el nuevo alimento con superpoderes que empieza a colarse en los hábitos de quienes cultivan la salud. Pero, ¿qué es la kombucha, de dónde viene, para qué sirve y cómo puedo hacerla en mi casa? Aquí las respuestas.
¿Qué es?
La kombucha es una colonia simbiótica de bacterias y levaduras que se conoce como scoby. Se consume en forma de té, como una infusión fermentada a base de té verde o negro, azúcar y kombucha. El resultado es una bebida probiótica, energizante y refrescante ideal para la salud.
Cuando es natural, no contiene gas carbónico, ni azúcares añadidos, ni lácteos, ni gluten. Es una bebida vegetariana y crudivegana. Además, solo aporta entre 29 y 31 calorías por cada 100 ml, menos que una manzana. Si se le añaden hojas de menta, hierbabuena, rodajas de naranja, limón o fresas, es una delicia. Kombucha Miamor es una marca mexicana que propone incluso cocteles de kombucha con vino espumoso.
¿De dónde viene?
Muchos señalan el origen del té kombucha en Manchuria, donde era apreciado por la dinastía Tsin en el año 220 a.C. gracias a sus propiedades medicinales. Cuentan que en el año 414 d.C., el médico coreano Kombu llevó el té a Japón. Allí el doctor dio el té al emperador Inkyo para combatir sus problemas digestivos. La proliferación de rutas comerciales llevó la kombucha a Rusia. Durante la Segunda Guerra Mundial su consumo se extendió hacia este de Europa. Hoy es una bebida de moda en muchas partes del mundo.
¿Qué beneficios tiene la kombucha para la salud?
Algunos estudios científicos avalan los efectos positivos de la ingesta de té de kombucha para dolencias del hígado, el corazón o la diabetes. Además es un probiótico excelente que mejora los procesos digestivos. Aquí explicamos por qué.
1. Antioxidante para curar infecciones de hígado
La kombucha es rica en nutrientes antioxidantes, como la luteína, los betacarotenos, el licopeno, el selenio, la coenzima Q10. También contiene vitaminas A, C, E y del grupo B, que tienen un papel clave en el metabolismo celular. La kombucha, especialmente cuando se hace con té verde, parece tener efectos antioxidantes en el hígado.
Gracias a estudios en ratas se ha probado que beber té de kombucha reduce la toxicidad hepática causada por químicos tóxicos, en algunos casos hasta en un 70%. Aunque no hay investigación en la salud de humanos, un trabajo publicado en ‘Journal of Microbiology Biotechnology‘ concluye que “las moléculas antioxidantes producidas durante la fermentación podrían ser la razón de las propiedades hepatoprotectoras y curativas de este té contra la hepatotoxicidad inducida por fármacos”.
2. Probiótico natural
Al ser un alimento fermentado, tiene un alto valor probiótico, que ayuda a reestablecer el equilibrio de la flora intestinal y refuerza las defensas.
3. Antibacterias para combatir infecciones
El ácido acético es la principal sustancia que produce la fermentación de la kombucha y tiene la facultad de matar microorganismos potencialmente perjudiciales, como muestra un estudio publicado en ‘Journal of Agricultural Food Chemistry’.
En concreto, la kombucha hecha de té negro o verde parece tener relevantes propiedades antibacterianas contra las bacterias que causan infecciones.
4. La kombucha es buena para el corazón
Una investigación publicada en ‘BMC Complementary Alternative Medicine’ asegura que el té de kombucha estabiliza los niveles del colesterol en 30 días. Y lo que es más destacable, es que el estudio revela que cuando se combina con té verde protege las partículas del colesterol LDL de la oxidación y esto genera efectos benéficos para la salud, y en especial para el corazón.
5. Ayuda al control de la diabetes
También la ciencia ha podido ver efectos positivos de la kombucha en el control de la diabetes. Un estudio en ratas diabéticas observó que la kombucha ralentizó la digestión de los carbohidratos, lo que redujo los niveles de azúcar en la sangre. También mejoró la función hepática y renal.
Esto hace pensar que la kombucha de té verde puede ser mejor que la de té negro para la diabetes, ya que el té verde reduce los niveles de azúcar en la sangre. Esto lo avala una investigación que trató a casi 300,000 personas y concluyó que los consumidores de té verde tenían 18% menos riesgo de padecer esta enfermedad del páncreas.
Un buen sustituto de refrescos
Si tienes alguna duda, consulta Kombucha Brewers Association, una organización internacional sin ánimo de lucro que promueve la industria y protege la calidad del producto. En cualquier caso la kombucha es una bebida natural y más recomendable para la salud que la mayoría de líquidos que consumimos aparte del agua. Una excelente opción para sustituir refrescos.
¿Cómo se hace?
- Pon a hervir un litro de agua con 4 bolsas de té negro o verde. Pueden ser de los dos pero siempre 4 bolsitas por un litro de agua.
- Cuando hierve se deja reposar unos minutos y se retiran las bolsas de té. Se añaden cuatro cucharadas soperas de piloncillo o azúcar moreno. Y se deja enfriar a temperatura ambiente.
- Ya frío, se mezcla con el scogy que tenemos guardado con un poco de té de kombucha en una jarra o tarro de vidrio de boca ancha y se cubre con un tela de algodón sujetada por una liga.
- Se deja reposar entre 7 y 15 días, dependiendo del grado de acidez que gusten.
- Después de esos días, se traslada a una botella de vidrio, se guarda en el refrigerador y se toma frío.
- Deja siempre el scoby y algo del té en el recipiente de boca ancha. Y de nuevo comienza a preparar la siguiente ronda. El scoby irá creciendo. Conforme crezca podrás hacer más cantidad de té y también podrás darle a amigos y familiares para que ellos se beneficien de este elixir de salud.