En una ciudad de Francia te invitan a volar junto a una parvada de gansos no solo por diversión, sino para que los guíes por rutas migratorias más seguras.
La próxima vez que visites Francia tendrás que agendar a tu itinerario la provincia de Auvernia. Sí, ya sabemos que París es la prioridad por la torre Eiffel, el Museo de Louvre (que te lleva varios días o varias visitas conocerlo en su totalidad), la Catedral de Notre Dame, entre otros lugares obligados.
Pero Auvernia, además de ser la región más antigua del país, es destino para el excursionismo y el esquí. Tiene bosques extensos y volcanes inactivos, como el Puy de Dôme. Y esto es apenas una probada de las tantas atracciones que puedes conocer.
Y bueno… ¿habías escuchado hablar del Birdman francés? Se trata de Christian Moullec, quien ha creado una nueva e inigualable experiencia turística. La cual consiste en pasear a viajeros en un vuelo inolvidable rodeado de gansos que parecen guías turísticos.
El viaje, que cuesta alrededor de 600 euros, despega con su ultraligero biplaza y sobrevuela el departamento de Cantal, en el Macizo Central.
El visitante se sienta cómodamente mientras contempla y vuela con los gansos aleteando a su lado sin despegarse de la ruta ni irse en otro sentido. Aunque suena increíble, lo más impresionante es que detrás de esta novedosa actividad hay una historia de compromiso medioambiental.
Primero los gansos
Años atrás, el francés se dio cuenta que la ruta migratoria que cada año emprendían era muy peligrosa y, en su mayoría, no lograban sobrevivir. Así que enseñó a los gansos a volar junto a él para mostrarles una nueva ruta.
De esta manera, descubrió lo inteligentes que pueden ser estas aves para aprender.
¿Cómo surgió la idea de volar con gansos?
Christian Moullec lleva 20 años guiando a aves en peligro por rutas migratorias seguras. Cuando vio que estos ánsares tenían dificultades para migrar de Alemania a Suecia en 1995, se hizo a los cielos para ayudarlos.
En la actualidad, siempre que el tiempo lo permite vuela junto a las aves casi a diario.
Meteorólogo de oficio, no empezó como piloto, pero se inspiró en un zoólogo austriaco conocido como “el hombre que caminaba con los gansos”. Moullec adaptó un avión ultraligero de dos asientos para volar junto a los gansos y así guiarlos a través de una ruta migratoria más segura.
Ahora, entre marzo y octubre, lleva consigo a turistas para volar junto a las aves. De este modo, mantiene vivo su proyecto de conservación. Y no es literal, pero mata a dos pájaros de un tiro: lleva a los gansos por una ruta más segura, mientras se divierte con los turistas.
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