Una de las consecuencias del turismo en Venecia es la destrucción de patrimonio con más de mil años, por ello es urgente que lleven a cabo esta medida.
Con las restricciones sanitarias impuestas por la emergencia sanitaria, Venecia tomó medidas tajantes. La primera de ellas, en aras de preservar el patrimonio cultural de la ciudad, se empezará a cobrar una tarifa de entrada para reducir las malas consecuencias del turismo.
Además de estas tarifas de entrada y de salida, se requerirá de una reservación previa, a fin de controlar mucho mejor quién entra a la ciudad y evitar muchedumbres. Para ello, se instalarán torniquetes que impedirán el paso sin boleto. Y, así, reducir las consecuencias del turismo.
Al mismo tiempo, Venecia eliminó por completo la visita de cruceros masivos. Las autoridades locales decidieron desviar este tipo de naves a un puerto aledaño, desde donde los visitantes podrán tomar un camión para llegar a Venecia.
Tendrán que pagar derecho de entrada y salida
Como Venecia ha decidido que cobrará a sus visitantes “derecho de entrada y de salida”, los precios impuestos variarán en un rango de entre 3 y 10 euros. Según la temporada y el número de turistas esperado para entonces, aunque las personas que reserven estancias en hoteles locales, niños menores de 6 años o los residentes que visiten a sus familias, no tendrán que pagar.
Quienes no entren en esta categoría tendrán que ingresar al sector histórico la ciudad por medio de torniquetes, para que la ciudad realmente perciba los beneficios de estas medidas.
A pesar de las restricciones sanitarias por Covid-19, la cantidad de visitantes en Venecia va al alza, por eso a partir de ahora cobrará a sus visitantes.
Hasta hoy, el récord post pandémico ha sido de 80 mil visitantes al día. En poco tiempo, si se sigue este patrón, los 30 millones de turistas anuales podrían convertirse en una realidad de nuevo.
Frenar las consecuencias del turismo y su impacto en el ambiente
Los legisladores venecianos aprobaron las medidas esta semana. Sin embargo, la moción para controlar las consecuencias del turismo no son nuevas, ya que las autoridades de Venecia vienen trabajando en ellas desde hace años.
Después de que Italia atravesara la peor ola de contagios en 2020, las autoridades decidieron acelerar la medida para proteger su patrimonio cultural. A partir del próximo verano, tendrán que reservarse boletos con anticipación.
Ciertos habitantes criticaron las medidas, pues las consideran “humillantes para la ciudad, sus habitantes y los visitantes”. Sin embargo, las autoridades de Venecia optaron por llegar a estos extremos para mitigar el deterioro de su infraestructura antigua.
El mantenimiento, restauración y constante cuidado de la ciudad requiere de profesionales especializados que, a su vez, también cobran tarifas altas. En palabras del ministro de cultura, Dario Franceschini, la intervención ya no podía retrasarse.
Venecia recibe casi 30 millones de visitantes al año
Para ver las consecuencias del turismo está el caso de la Basílica de San Marcos, el ícono bizantino por excelencia de Venecia. Su piso, que cuenta con 2 mil metros cuadrados de mosaicos en los pisos creados hace 10 siglos, han tenido que ser restaurados en un 80%.
En 2018, el terrible daño del piso llevó a desarrollar un polémico proyecto de impermeabilización. Y sí, el desgaste, en gran medida, se debe a lasconsecuencias del turismo que llega en enormes cantidades cada año.
Hoy en día, sólo el 20% del mosaico y mármoles en el piso son originales. Lo más lamentable es que muchas de las personas que visitan la iglesia ni siquiera pueden ver ese legado cultural debido a la saturación de gente en ese espacio.
En un afán por detener el deterioro de la ciudad, el gobierno local decidió cobrar una tarifa para aquellos que deseen visitarla. Especialmente durante los meses de temporada alta, típicamente en verano, cuando se concentran los 30 millones de visitantes anuales que la ciudad recibe.
Con el respiro del turismo internacional durante la pandemia de 2020, las autoridades locales se dieron cuenta de dos cosas: que los canales no podrían soportar ese volumen de visitantes mucho más. Y, en contraste, que la economía veneciana depende en su mayoría de estos ingresos.
Así que el hecho de que Venecia cobrará a sus visitantes la entrada a la ciudad pretende ganar tres jugadas: frenar lasconsecuencias del turismo, preservar de mejor forma el patrimonio cultural y los ecosistemas. Y al mismo tiempo tener los recursos necesarios para beneficio de Venecia.
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