El gas metano que generan las vacas atrapa hasta 80 veces más el calor en la atmósfera que el CO2, lo que agrava el calentamiento global.
Cargill Inc, una de las compañías agrícolas más grandes a nivel mundial, comenzará a vender dispositivos portátiles que absorben el gas metano de las vacas, una tecnología experimental que podría ayudar a la industria a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los dispositivos fueron desarrollados por la startup británica Zelp Ltd., y tienen forma de cubrebocas para capturar los eructos de las vacas. La compañía asegura que su tecnología puede reducir las emisiones de metano a más de la mitad. Actúan como el convertidor catalítico de un automóvil: un conjunto de ventiladores que funcionan con baterías cargadas con energía solar absorbe los eructos y los atrapa en una cámara con un filtro que absorbe metano.
Una vez que el filtro está saturado, una reacción química convierte el metano en CO2, que luego se libera a la atmósfera. Y aunque sigue siendo CO2, es menos dañino para el ambiente que el gas metano.
Menos gas metano proveniente de las vacas
Cargill expresó en un comunicado que comenzará a distribuir los dispositivos entre su red de ganaderos, principalmente entre los productores de leche en Europa, hacia 2022. El objetivo es producir 50 mil unidades el primer año y hasta 200 mil unidades para 2023.
Hasta donde sabemos, Zelp Ltd., ha dicho que los dispositivos funcionarán por medio de una suscripción anual y cada suscripción rondaría los 80 dólares por vaca.
Tener acceso a la amplia red de clientes de Cargill podría ayudar a Zelp a asegurar la demanda mientras se prepara para lanzar un producto que aún está en desarrollo.
“Cargill tiene un alcance impresionante en las granjas lecheras de Europa”, dijo el director ejecutivo de Zelp, Francisco Norris. “Están en una posición única para distribuir nuestra tecnología a un gran número de clientes”.
El terrible problema del gas metano que producen las vacas
Abordar las emisiones de metano del ganado es uno de los problemas climáticos más críticos y más difíciles para las empresas cárnicas y lácteas, que se encuentran bajo una presión cada vez mayor para limpiar sus cadenas de suministro.
Alrededor del 95% del metano liberado por las vacas sale en forma de eructos y por la nariz. Este gas atrapa 80 veces más calor que el dióxido de carbono en sus primeros 25 años en la atmósfera.
Varios proveedores de alimentos están probando o han comenzado a utilizar aditivos alimentarios que inhiben los microbios en el estómago de las vacas para ayudarlas a producir menos gas metano.
“Lo bueno de Zelp es que podría complementar a una vaca que ya está recibiendo aditivos alimentarios para reducir las emisiones de metano”, dijo. “Aún podría capturar el metano que está saliendo. Podríamos reducirlo aún más “.
Cargill espera que los dispositivos salgan a la venta en la segunda mitad de 2022, después de más pruebas, que se centrarán en el comportamiento animal y el impacto en la reducción de metano, y podrían expandir el esquema fuera de Europa si la demanda es alta.
Zelp aún tiene que demostrar a expertos independientes que la tecnología funciona. Y, por su parte, Cargill debe convencer a los ganaderos de utilizar este dispositivo para reducir el gas metano de sus vacas.
Una forma de convencerlos podría ser el esquema en el que los ganaderos pueden recuperar sus costos vendiendo compensaciones de carbono, que otras empresas pueden comprar para contar contra su propia contaminación.
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