La guerra por ningún motivo debería existir y ahora con el conflicto que sucede entre Rusia y Ucrania, no podemos hacer oídos sordos. ¡Hay que ayudar!
La teoría de que ayudar a otros es un acto de felicidad doble, ha sido puesta en duda por un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad de Bonn, el Instituto sobre el Comportamiento y Desigualdad de Alemania, y la Universidad de Harvard.
Antes de conocer dicha teoría, es un hecho que actualmente el pueblo de Ucrania necesita urgentemente de todos. Con nuestro apoyo podemos garantizar que las familias de este país obligadas a huir de sus hogares estén protegidas y seguras. ¿Pero cómo?
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lanza un llamado para hacer un donativo económico y continuar brindando protección vital a las familias que han tenido que abandonar Ucrania.
ACNUR ha intensificado operaciones y su capacidad en Ucrania, donando protección incluso a los países vecinos.
Como ya se ha visto, las consecuencias humanitarias de esta crisis para la población civil serán devastadoras si no ponemos nuestro granito de arena.
Entra a este link y checa cómo te puedes sumar.
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¿Ayudar nos hace felices?
La hipótesis de que el altruismo promueve la felicidad fue analizado en un estudio donde más de 300 estudiantes universitarios eligieron entre dos alternativas con diferentes posibilidades de salvar una vida.
En la opción A, considerada como la prosocial, la persona donaba 350 euros para salvar la vida de alguien con 60% de probabilidad de sobrevivir y recibía 100 euros. En la opción B, “la egoísta” salvaba una vida con un solo 40% de probabilidad y generaba ganancias adicionales de 100 euros.
Los resultados fueron que cerca de 60% de los estudiantes eligieron salvar vidas con la opción A, lo cual trajo consigo un sentimiento de satisfacción y felicidad, pero esa sensación no duró mucho. Los organizadores se contactaron un mes después con los estudiantes y notaron que los niveles de felicidad habían caído incluso por debajo de aquellos que decidieron quedarse con el dinero en la opción B.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la felicidad puede estar regida por factores viscerales a corto plazo. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el acto prosocial en sí mismo podría ser menos destacado y prioritario. Y el efecto de las emociones y los pensamientos positivos desaparecería.
Sea de una forma u otra, nosotros promovemos siempre la paz y el apoyo al prójimo. ¿Por qué no hacerlo?
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